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G-2O cierra la cumbre con un compromiso para reducir el déficit público

No obstante, no pudo resolver otra de las grandes diferencias que existían sobre la mesa: la de establecer un impuesto bancario global para financiar los futuros rescates de la banca.

27 de Junio de 2010 | 18:44 | EFE
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Los líderes de los 20 países más industrializados y emergentes se dieron cita en Toronto, Canadá.

EFE

TORONTO.- El G-20 puso hoy punto final a la cumbre de Toronto, en la que se establecieron metas concretas de reducción del déficit y de la deuda, con la advertencia de que el retiro de los estímulos no ponga en peligro el crecimiento.


El comunicado final de la cumbre establece el compromiso que proponía Canadá, anfitrión de la reunión, de reducir el déficit a la mitad para el 2013, aunque el Primer Ministro, Stephen Harper, dijo que sólo será vinculante para los países avanzados.


Como reflejo de las discusiones previas a la cumbre, el G-20 indicó que el camino de recorte del gasto público "debe ser a la medida de las circunstancias nacionales" de cada país y "compatible" con el crecimiento económico y las medidas de estímulo en marcha.


El texto entregado por el G-20 también establece el compromiso de que entre el próximo año y el 2016 no crezca o incluso se reduzca el peso de la deuda en el Producto Interno Bruto (PIB) de los países.


Con estas premisas, el grupo de los 20 países más industrializados y emergentes volvió a marcarse el objetivo de potenciar el crecimiento mundial y la creación de empleo, pero de manera distinta a como lo hizo en la última cumbre de Pittsburgh, cuando hubo un llamado unísono a favor de lanzar planes de estímulo con dinero público.


Nueve meses después, el G-20 constató que este esfuerzo "sin precedentes" ha dado resultado y la economía vuelve a crecer, aunque en el camino las finanzas públicas de algunos países, sobre todo la de los europeos, han quedado maltrechas.


Esta situación provocó un intenso debate previo a la cumbre entre los países defensores de no retirar los estímulos -como Estados Unidos y los emergentes- y los que no veían otra salida que recortar el déficit ante el peligro de que los mercados de deuda les cobraran una grave penalización.


El G-20 parece haber resuelto estas diferencias aparentemente irresolubles con un documento de consenso que, si bien invita a los países a sanear sus finanzas, dice que debe hacerse "a la medida de las circunstancias de cada país" y sin poner en peligro el crecimiento.


"Eventos recientes han puesto de manifiesto la importancia de contar con unas finanzas públicas sostenibles y con planes creíbles, diferenciados y a la medida de cada país", indicó. No obstante, señaló que "los países con serios problemas fiscales necesitan acelerar el camino de la consolidación".


Impuesto bancario


El G-20 no pudo resolver otra de las grandes diferencias que existían sobre la mesa: la de establecer un impuesto bancario global para financiar los futuros rescates de la banca y al que se oponían los emergentes, con el argumento de que sus entidades no habían provocado la grave crisis del 2008 y 2009.


El documento final dejó claro que el sector bancario debe pagar por el coste en el que incurren los gobiernos cuando acuden a su rescate, si bien da libertad a los países para establecer una tasa bancaria con ese fin.


Pero los países que forman parte del G-20, que suman el 85% del PIB mundial, llegaron a un consenso en otros aspectos, como en la necesidad de exigir mayores dotaciones de capital a la banca para que resista mejor los envites de la crisis. Así, da su total apoyo a las negociaciones que hay en marcha en el Comité de Supervisión de Basilea, donde se tratan nuevas exigencias, conocidas como Basilea III.


En términos generales, el G-20 animó a los gobiernos a continuar con las reformas de sus sistemas financieros y a someterlos a una mayor supervisión, tal y como se acordó en las cumbres de Washington, Londres y Pittsburgh.


Pidió que se imponga "a nivel internacional y de una manera consistente y no discriminatoria" una mayor regulación y transparencia a los mercados de derivados, a las agencias de calificación de riesgo y a los fondos de alto riesgo, que estuvieron en el ojo del huracán durante la reciente crisis.


La declaración final de la cumbre también hizo referencia al bloqueo de las negociaciones de Doha para liberalizar el comercio y pidió al respecto que las conversaciones finalicen "lo antes posible". También solicitó a los países que eviten, hasta el 2013, imponer barreras al comercio y a las inversiones.


El G-20 estableció además que la siguiente cumbre se celebrará en noviembre próximo en Corea del Sur, en tanto que en el 2011 la acogerá Francia y en el 2012 México.

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