SAN JOSÉ.- Un representante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y un funcionario chileno afirmaron hoy en Costa Rica que los países latinoamericanos deberían profundizar sus relaciones comerciales y económicas con China, al que consideran el “motor” de la economía mundial.
Osvaldo Rosales, director de la división de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL, y Mario Artaza, jefe del departamento Asia y Oceanía de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, participaron hoy en un foro en el que destacaron las ventajas y oportunidades que ofrece China.
"Pocas veces ha habido un cambio tan drástico en tan poco tiempo en las relaciones comerciales de América Latina”, explicó Rosales al hacer referencia a que en la última década China se metió entre los principales diez socios comerciales de la mayoría de los países de Latinoamérica, cuando antes el intercambio era mínimo.
Para el representante de la CEPAL, aunque este acercamiento a China supone una “excelente noticia” para la región, existe una "mala noticia” que radica en que el 80 por ciento de las ventas de Latinoamérica a China se concentra en pocos productos.
"La buena noticia es esta vinculación estrecha con el principal motor de la economía mundial, pero la mala es que Latinoamérica está aplicando una estrategia del siglo XIX”, en referencia a la concentración de sus exportaciones en pocos productos, dijo Rosales.
En Latinoamérica, China tienen vigentes tratados de libre comercio (TLC) sólo con Chile y Perú, mientras que con Costa Rica ya firmó uno en abril pasado, el cual está a la espera de ratificación en el Congreso costarricense.
Para Rosales, esta apuesta contribuye a que estos países se anticipen a lo que sucederá en los próximos diez años cuando, a su juicio, China se consolidará como la mayor potencia comercial, económica, financiera y tecnológica.
"Cualquier economía que quiera mejorar su posicionamiento global debe vincularse a ese motor que crece a tasas anuales del diez por ciento”, comentó el representante de la CEPAL, quien hizo énfasis en la necesidad de que los países latinoamericanos establezcan con China no sólo alianzas comerciales, sino también tecnológicas.
Por su parte, Mario Artaza destacó que “China no va a devorar a nadie” y que “no hay un deseo ni una manifestación de querer tomar al mundo,” por lo que instó a Latinoamérica a perder el miedo al gigante asiático, como lo hizo Chile cuando firmó un TLC en 2005 con dicho país.
Según Artaza, uno de los principales retos para Latinoamérica en sus relaciones con China es encontrar un “referente” con el que los chinos mantengan una relación sólida, pues existen diversos organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), el Grupo de Río y la Unión de Naciones Suramericanas.
El funcionario chileno explicó las experiencias de su país en las relaciones comerciales con el gigante asiático, y recomendó encontrar los nichos existentes en ese país para los productos latinoamericanos.
Destacó que Chile ha encontrado en los jóvenes chinos de clase media un mercado de 300 millones de personas para productos como el vino, los cosméticos y las frutas, así como en las ciudades emergentes un nicho para empresas de infraestructura y arquitectura.
Artaza y Rosales afirmaron que para un país como Costa Rica, China representa oportunidades para productos agrícolas como las frutas tropicales y el café, así como para productos tecnológicos y hasta para el turismo.