Los analistas destacan la potencialidad del aumento que tiene el nivel de vida en China.
El MercurioTOKIO/PEKIN.- Después de tres décadas de un crecimiento espectacular, China acaba de destronar a Japón como la segunda mayor economía del mundo. Los nipones, número dos por detrás de Estados Unidos durante más de 40 años, no pudieron competir con el diez por ciento de crecimiento chino aun en tiempos de crisis.
La economía japonesa sigue sumida en el estancamiento, mientras el producto interno bruto (PIB) chino se dispara. El histórico cambio en el ranking de las economías más poderosas del mundo estaba ya previsto por los expertos, pero no deja de tener un gran valor simbólico en el ascenso de China como potencia económica global.
Antes, el nuevo gigante asiático ya había destronado a Alemania como primer exportador del mundo. El país cuenta con las mayores reservas de divisas del globo, unos US$2,45 billones de dólares, y los consumidores chinos compran ya ahora más automóviles que los norteamericanos.
Asimismo, el gobierno de Pekín no es sólo el principal acreedor de Estados Unidos, fuertemente endeudado, sino que exige desde ya tener más peso en cuestiones de política económica y financiera.
Mientras Japón debe hacer frente a la saturación de su mercado y al envejecimiento de su sociedad, China sigue contando con un gran potencial de crecimiento: la modernización sigue llevando a millones de personas a las ciudades. El estándar de vida puede continuar mejorando.
Si se tiene en cuenta la población de 1.300 millones de chinos, los ingresos per cápita del país son apenas una décima parte de los de Estados Unidos o de Japón, al nivel de naciones como Argelia o El Salvador.
"Esperamos que los ingresos privados suban de forma sostenida", señala la experta Jinny Yan del Standard Chartered Bank. "Pero serán necesarias varias décadas para que el per cápita alcance el nivel del de los países industrializados".