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Santiago: Miércoles 08 de mayo del 2024 | Actualizado 14:03
SANTIAGO.- La apreciación del peso chileno está en línea con sus fundamentos de largo plazo, aunque el Banco Central puede intervenir en el mercado cuando lo estime conveniente, dijo hoy el presidente del instituto emisor, José de Gregorio.
El peso chileno
El presidente del Banco Central, José De Gregorio, admitió que el sistema de libre flotación en el que se mueve la moneda local puede traer aparejado una mayor volatilidad e incertidumbre en el corto plazo.
Pero señaló durante una presentación que "estos costos no alcanzan a contrarrestar los beneficios de la flotación". Sus declaraciones no tuvieron mayor repercusión sobre el tipo de cambio, dado que el mercado ya tiene asumida una cotización inferior a las 510 unidades por dólar.
El presidente del organismo recalcó que en términos reales, el tipo de cambio está en línea con sus fundamentos de largo plazo y que comparado con otras economías su evolución sería más estable.
Medido por su volatilidad, De Gregorio también resaltó que no se observa un nivel muy distinto de sus patrones históricos.
Con todo, el presidente del Banco Central recordó que en Chile rige el sistema de libre flotación para el tipo de cambio, lo que le da flexibilidad a la economía para que se ajuste a cambios bruscos en las condiciones externas, atenuando los efectos en el empleo y el Producto Interno Bruto.
"La flotación cambiaria facilita el ajuste a fluctuaciones de las condiciones financieras internacionales y sin duda evita agravar los efectos de éstas", dijo De Gregorio.
Pero De Gregorio también recalcó que la flotación cambiaria admite intervención en casos excepcionales, tal como se ha realizado en otras ocasiones.
"Es posible que un régimen de flotación traiga consigo una mayor volatilidad e incertidumbre cambiaria, al menos en horizontes de corto plazo. Sin embargo, estos costos no alcanzan a contrarrestar los beneficios de la flotación", sostuvo.
La máxima resistencia que ha mostrado el Banco Central al fortalecimiento del peso se ubica en un rango de 430 a 440 unidades, nivel compatible con la apreciación que impulsó una intervención en abril del 2008.
En esa ocasión, el Banco Central lanzó un programa de adquisición de reservas, que consistió en compras diarias en torno a los US$50 millones de dólares, mediante subastas competitivas.
El martes, el peso cotizaba en torno a las 505,90 unidades por dólar, equivalente a una caída del 0,28 por ciento frente al cierre del lunes, golpeado por el desempeño negativo de los mercados externos.
