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La Unión Europea se erige en "vigía" de los mercados para evitar nuevas crisis

La fecha clave será el 1 de enero de 2011, cuando se ponga en funcionamiento el Consejo Europeo de Supervisión de Riesgos Sistémicos, vinculado con la BCE.

04 de Septiembre de 2010 | 10:36 | DPA

BRUSELAS.- Examinar, vigilar, controlar, supervisar, prevenir...todos estos epítetos podrían definir la esencia de la nueva estrategia que pondrá oficialmente en marcha la Unión Europea (UE) a partir del próximo lunes, con el objetivo de evitar nuevas crisis financieras como la que padece Europa desde hace tres años.


En ese sentido, los ministros de Economía y Finanzas comunitarios darán, durante un Consejo del ramo (ECOFIN), su visto bueno a un ambicioso esquema de supervisión financiera, que persige poner límites legales a posibles futuros excesos de los mercados.


El primer paso para "reorganizar el capitalismo", como lo definió el periódico flamenco "De Standaard", se produjo esta semana, cuando la presidencia belga de la UE, junto con la Comisión y el Parlamento europeos, acordaron aprobar formalmente la creación de un trío de autoridades que vigilen eventuales comportamientos irregulares de bancos, mercados bursátiles y aseguradoras.


"¿Será Bruselas un nuevo supergendarme de los excesos del capitalismo?", se preguntaba esta semana, de manera un tanto atrevida, un editorial de la televisión pública flamenca.


Aunque posiblemente la palabra "gendarme" no sea la más adecuada, sí existe voluntad de que la UE vigile mucho más de cerca los comportamientos del mercado, y aunque no todos los socios comunitarios han estado de acuerdo, al final, tras varios meses de negociación, se han logrado aplacar las reticencias.


Precisamente, para convencer a los sectores menos propensos al control, la vigilancia y la supervisión financiera, como la "city" de Londres, el corazón financiero de Europa, junto a Fráncort, sede del Banco Central Europeo (BCE), Bruselas lanza un mensaje tranquilizador: no se trata de manipular las reglas del mercado, sino de ordenarlas, se apunta en la capital comunitaria europea.


La fecha clave será, en todo caso, el 1 de enero de 2011, cuando se ponga en funcionamiento el Consejo Europeo de Supervisión de Riesgos Sistémicos, vinculado con la BCE, el cual, con sus tres divisiones (control de bancos, de aseguradoras y de mercados bursátiles), actuará como juez, o "árbitro" del mercado, sin por ello interferir en él.


Una vez que los ministros de Economía y Finanzas y la Eurocámara lo aprueben formalmente, el esquema tripartito, bajo la supervisión del BCE, funcionará de manera descentralizada: desde Londres se supervisarán los bancos, Fráncfort vigilará las aseguradoras y París pondrá la antena sobre los mercados bursátiles.


Será un órgano de vigilancia financiera que podrá alertar, emitir recomendaciones o avisos para prevenir nuevas catástrofes. No obstante, aunque emitirá recomendaciones no vinculantes (para contentar a Londres), sus opiniones servirán de brújula para quienes tomen las decisiones.


Un punto positivo para los promotores de la iniciativa, entre ellos el comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, es que las tres nuevas autoridades de supervisión tendrán también, gracias a las presiones de la Eurocámara, potestad para prohibir temporalmente aquellas operaciones financieras que amenacen la estabilidad, en concreto, por ejemplo, las ventas a corto.


Otro de los grandes impulsores de este nuevo sistema de supervisión, el comisario de Mercado Interior de la UE, Michel Barnier, se mostraba muy satisfecho de la medida. "Es una de las mejores maneras de mostrar a los ciudadanos europeos que hemos sacado una lección de esta crisis. Se trata de un hito histórico. Un verdadero logro", aseguraba esta semana.


Y es que, además de poder prohibir operaciones que pongan en peligro la estabilidad del sistema financiero, los tres árbitros del mercado europeo englobados en el Consejo Europeo de Supervisión de Riesgos Sistémicos podrán dirigir directamente a los bancos decisiones de cumplimiento obligatorio, en caso de que se violen las normas comunitarias.


Por otra parte, podrán supervisar a las agencias de calificación (como Moddy’s o Standard & Poors) y en caso de que afloren fuertes diferencias de criterio entre los reguladores nacionales, por ejemplo durante operaciones transfronterizas, podrán ejercer de mediadores.


Desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, decidió en julio pasado acometer en su país una ambiciosa reestructuración de los sistemas de supervisión financiera, Europa estaba casi obligada a reaccionar y, a su vez, dar una señal clara de su voluntad de prevenir nuevas debacles.


La quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers en septiembre de 2008 contagió a las economías del resto del mundo, notablemente a las europeas, y precipitó la crisis más profunda que ha conocido el Viejo Continente en varias décadas.

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