BRUSELAS.- La reunión del grupo especial de trabajo encargado de perfilar la reforma de la disciplina presupuestaria común terminó hoy sin acuerdo sobre el nuevo sistema de sanciones y el papel que debe atribuirse a la deuda de los países en el procedimiento de infracción.
"La reunión no ha ido muy bien. No diría que ha sido un paso atrás, pero ha habido un bloqueo general de todos los puntos que estaban sobre la mesa”, aseguraron fuentes diplomáticas al término del encuentro del grupo, integrado por los ministros de Finanzas de la UE y liderado por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy.
"En las tres primeras reuniones había un espíritu positivo, pero se ha agotado esa voluntad colectiva de avanzar”, añadieron las mismas fuentes, que consideraron que quizá la mejoría de la coyuntura económica haya enfriado los ánimos para endurecer la disciplina presupuestaria, que a fin de cuentas “supone una cesión de la soberanía a Bruselas.”
En la agenda de la jornada figuraba la discusión del nuevo sistema de sanciones que deberá desincentivar la asunción políticas presupuestarias demasiado expansivas por parte de los estados miembros, así como la inclusión del criterio de la deuda pública como un factor vinculante a la hora de castigar a los países (hasta ahora sólo lo es el déficit).
Sobre el primer asunto, el comisario europeo de Asuntos económicos y monetarios, Olli Rehn, abogó hoy por que las futuras sanciones contra los estados que violen la disciplina presupuestaria sean aplicadas de manera automática, a menos que una mayoría de estados miembros se oponga a ello en el Consejo de Ministros.
"Es como en un partido de fútbol: no queremos que los jugadores discutan las reglas del juego cada vez que el árbitro les pita una falta,” declaró el comisario a su llegada a la reunión del grupo especial, del que también forma parte.
"Por eso, las sanciones deberían ser la consecuencia normal, una consecuencia casi automática, si se violan las reglas,” añadió Rehn, que presentará propuestas concretas sobre este asunto el próximo 29 de septiembre.
La ministra de Economía y Hacienda española, Elena Salgado, coincidió con él en que los castigos deberían ser “mas útiles, más automáticos y más preventivos” para evitar que los países incurran en déficit excesivos.
Sin embargo, se mostró contraria a la propuesta de la Comisión Europea (CE) de suspender ciertas ayudas comunitarias a los países infractores.