El bajo dólar se traduce en reducciones en los precios de las importaciones y el consecuente impacto a la baja en el IPC.
El MercurioSANTIAGO.- Una baja en concordancia con la sostenida reducción del tipo de cambio ya están experimentando las importaciones del país, sostienen fuentes ligadas a la actividad del comercio, las que no obstante advierten que la rebaja en este plano tampoco tiene carácter automático y se ve influida por otros factores.
Si el dólar ha caído en más de $50 en tres meses, pasando de $546 a principios de julio a los $486 de hoy, lo que corresponde a una reducción superior al 10%, en una proporción similar debieran estar bajando los precios de importaciones como productos tecnológicos, electrodomésticos- línea blanca, en general- e incluso automóviles.
De hecho, en fuentes del sector se destaca que ya los precios de los transables medidos por el INE han estado experimentando relevantes reducciones, las que han tenido la potencia de contrarestar el relativo aumento de precio de los alimentos, al punto que se han tenido IPC negativos, como el de agosto último (-0,1%). Bienes de alto contenido importado, como el vestuario, ya vienen registrando precios particularmente bajos.
Sin embargo, se destaca que esta reducción no se da en los mismos plazos, ni en la misma proporción de la baja de la divisa, por cuanto los precios se ven también influidos por factores internos de costos, como son el costo de la mano de obra (que ha subido, sostienen) o los costos de la energía, que también vendrían subiendo.
No obstante, la fuerte competencia del sector- dicen- tenderá a hacer que el traspaso sea lo más rápido y fiel posible. Las grandes tiendas, por ejemplo, ya están haciendo cambios de stock de productos "a dólar bajo"- según señalan los propios vendedores- y esperan un relativo aumento de las ventas por este efecto.
En este mismo sentido, hay que recordar que depende el valor de la divisa con que se hayan adquirido los respectivos stocks, para determinar la velocidad con que los nuevos productos "a dolar bajo" vayan ocupando las estanterías.
No obstante, no todo es alegría al respecto, porque la baja del dólar representa un problema para la economía como un todo que también puede terminar afectando el consumo. Así lo sostiene por ejemplo, el economista George Lever, de la Cámara de Comercio de Santiago, que advierte consecuencias al respecto.
"En el corto plazo un dólar bajo abarata importaciones y por tanto favorece la demanda de consumo, sobre todo de aquellos productos con mayor componente importado, como vehículos y bienes de alta tecnología", admite.
El economista ha sido de los que ha sostenido que la baja del tipo de cambio se traslada proporcionalmente y con bastante rapidez al costo de las importaciones.
"Sin embargo, el bajo dólar afecta la competitividad de las empresas, sobre todo las pyme, que las que más empleo generan. En la medida en que la economía no tenga un tipo de cambio competitivo, se pone en riesgo la generación de ingresos que finalmente se traducen en consumo", advierte Lever.