Greenpeace lanza propuesta para Chile sobre política energética sin carbón

SANTIAGO.- El movimiento ambientalista Greenpeace entró al debate sobre los efectos de la centrales termoeléctricas a carbón en Chile, indicando que - según la entidad- sería posible, diversificando la matriz y adoptando medidas de eficiencia energética, lograr que el país se abasteciera de energía, sin tener que recurrir a estas formas de generación eléctrica.

"Están dadas todas las condiciones para que el país avance a una matriz energética diversificada, racional, no contaminante y rentable", sostuvo la entidad en un comunicado, la que cuestionó la carencia de una política energética adecuada en el país.

"Chile carece de política energética, como la entiende la gran mayoría de los países de la OCDE: no tiene objetivos de corto, mediano y largo plazo, ni reglas del juego claras y equitativas, ni objetivos de inclusión y acceso a la energía al conjunto de la población. Menos aún es cuidadoso del medio ambiente", dijo el organismo. 

A propósito de los casos de centrales como Barrancones o Castilla- del tipo de generacion termoeléctrica a carbón- la entidad ambientalista presentó el trabajo del investigador Miguel Márquez. 

"Según este análisis, el país se equivoca al consolidar una matriz energética cada vez más dependiente de los hidrocarburos que no poseemos, lo cual no sólo es irracional, sino que va en contra de los convenios firmados en el marco del protocolo de Kyoto y otros acuerdos internacionales para enfrentar los impactos derivados del cambio climático", indicó la entidad.

La propuesta, elaborada para la campaña en contra del cambio climático de Greenpeace, considera el uso eficiente y racional de la energía, la cogeneración, la generación distribuida, el cambio de procesos y de combustibles y las fuentes renovables de energía, entre otras.

“Para que las energías sustentables puedan constituirse en opciones concretas y viables se deben cambiar las reglas del juego, que rigen los mercados energéticos, incorporando en los precios todas las externalidades negativas de las energías convencionales”, dijo el experto Miguel Márquez.

Para el profesional “las opciones tecnológicas están disponibles y las capacidades financieras y en cierta medida, de gestión, existen: un 2% de ahorro obligatorio de energía eléctrica al año por parte de las compañías mineras e intensivas en energía, por ejemplo, desplazaría, de aquí al año 2020, entre 2 a 4 centrales térmicas previstas en el Plan de Obras de la Comisión de Energía”, ejemplificó.

En el contexto del debate sobre la Central Castilla, el director ejecutivo de Greenpeace en Chile, Matías Asún, afirmó que “las movilizaciones que hemos visto durante este año responden a un diagnóstico convergente; necesitamos hacer cambios profundos en la matriz energética con la que queremos construir el desarrollo próximo de Chile”.

Para Samuel Leiva, jefe de campañas de Greenpeace, “Chile no necesita más carbón a lo largo de nuestro país, es necesario que de una vez por todas podamos desarrollar nuevas propuestas para la matriz eléctrica nacional. Chile no puede convertirse en el emisor más importante en Latinoamérica de gases de efecto invernadero por el sólo hecho de que no se tuvo el coraje de enfrentar este desafío”.

La propuesta que se presentó hoy revisa una iniciativa anterior presentada por Greenpeace el año 2009, con una propuesta para la realidad chilena en tres capítulos.En el primer capítulo se revisan la matriz, los actores y la realidad energética, el segundo las centrales a carbón y sus impactos y finaliza con las opciones de desarrollo eléctrico nacional sin el uso del carbón.

Respecto a los próximos pasos internacionales de nuestro país, Leiva afirmó que “el gobierno de Chile debe tomar un rol de liderazgo en la lucha en contra del cambio climático en la próxima cumbre de la Convención Marco Sobre Cambio Climático en Cancún y esperamos que esta propuesta que hemos desarrollado sea un empuje a ese objetivo”.

"¿por qué no multiplicamos el uso racional de la energía, el desarrollo de mejores ciudades, un más eficaz transporte público, menos voraces procesos en la minería e industria y estimulamos la construcción de edificios y viviendas con mejores comportamientos térmicos?. Esas son propuestas de política energéticas responsables y que nos harán competitivos y menos vulnerables”, reflexionó Márquez.