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Terram dice que nueva norma para termoeléctricas no debiera redundar en alzas tarifarias

Organismo, aunque lamentó lo que consideró algunas deficiencias, se mostró satisfecho de contar con la nueva normativa, destacando que- como se establece ésta- puede ser actualizada cada cinco años.

05 de Diciembre de 2010 | 11:08 | Emol
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Empresas generadoras sostienen que deberán traspasar a los consumidores los nuevos costos de adaptarse a la nueva norma de emisiones.

El Mercurio

SANTIAGO.- La nueva norma que regula las emisiones contaminantes de las centrales termoeléctricas establece expresamente que el aumento de costos esperado por la nuevas tecnologías que deberán implementarse para efectos de su cumplimiento, no debiera superar entre un 3 a un 5% de los costos.


Así lo precisó la coordinadora del programa medioambiental de la Fundación Terram, Paola Vasconi, al comentar las estimaciones que han hecho  las empresas generadoras de electricidad al respecto que sostienen que la nueva norma encarecerá las operaciones entre un 18 a 20% y que esto deberá ser traspasado a los consumidores, a través de las tarifas eléctricas.


"Lo que pasa es que los dueños de estas operaciones no quieren incorporar los costos de la necesaria mitigación y control ambiental de sus operaciones y quieren que los absorban o la población circundante y los consumidores del servicio", indicó, la representante de Terram.


Las empresas del sector sostienen que deberán invertir unos US$ 1.500 millones para adaptar el parque termoeléctrico a las nuevas normas de emisión.


Cabe recordar que el propio Presidente Piñera, planteó a las autoridades del sector una reducción en torno del 40% de las tarifas eléctricas existentes hacia el final de su mandato, que sólo este año están subiendo cerca del 30%, producto de la falta de lluvias y el aumento de costos que significa generar electricidad a partir de carbón, petróleo o gas.


Tras una larga tramitación que viene incluso de la administración pasada, el Ejecutivo dictó la versión definitiva de la norma que regulará las emisiones de las centrales termoeléctricas, reduciendo las exigencias a respecto del anteproyecto. El documento respectivo está ahora para la firma del Primer Mandatario.


Sin embargo, para la representante de Terram, es mejor contar con una norma como la que está aprobándose, que no contar con ninguna, porque antes las emisiones de las termoeléctricas no estaban reguladas.


El organismo, en este sentido, valoró que el país ya cuente con esta norma y que en ese aspecto, se ponga en línea con las directrices que dicta la OMS al respecto. Específicamente consideró positivo que se establezca un seguimiento o vigilancia epidemiológica de la población eventualmente afectada por la exposición de contaminantes y que también se obligue a registrar los niveles de dióxido de carbono.


Destacó que precisamente este tipo de registros son los que permiten una eventual actualización posterior de la norma, lo que queda establecido cada cinco años, recordó. 


“Nosotros preferimos que exista norma a que no exista ninguna, porque se establece que cada cinco años ésta puede ser actualizada” indicó Vasconi.


Otro aspecto que resulta pendiente, afirmó, es que si bien se establece se establece la necesidad de registrar las emisiones de metales pesados como el mercurio, no ocurre así en el caso de otros similares como el vanadio o el níquel. Estos metales pesados tienen la particularidad de ser acumulables en el organismo, y pueden derivar en la generación posterior de tumores. Se considera que los desulfurizadores dispuestos captan metales pesados como los señalados.


Sobre qué ocurre con operaciones como polémica Central Castilla, indicó que claramente ésta entra dentro de las iniciativas que- de aprobarse- tendrían que adaptarse a la nueva norma, porque dado que no ha terminado su proceso de tramitación medioambiental, lógicamente aun no ha sido declarada en construcción, que el requisito que se establece para operaciones ya existentes.


Es interesante destacar que operaciones termoeléctricas que tradicionalmente han generado cuestionamientos, como la propia Central Renca, ubicada en Santiago, o las numerosas centrales ubicadas en la zona costera de la V Región, deberán adaptar en un plazo no superior a cuatro años sus operaciones a la nueva norma. No obstante, Terram consideró extraño que en esa materia se hable de "titulares" de los proyectos, y no de las instalaciones como tal, los que deberán realizar esas actualizaciones.