BRUSELAS.- El Primer Ministro portugués, José Sócrates, afirmó hoy de nuevo que su país no necesita "ninguna ayuda", sino la confianza de las instituciones y los mercados en la solidez de la economía de Portugal.
"Quiero dejar claro que Portugal no necesita ninguna ayuda", sostuvo enfático Sócrates en rueda de prensa al final del Consejo Europeo en el que los Veintisiete han formalizado la reforma del Tratado de Lisboa para dar cabida a un mecanismo permanente de rescate.
Para el primer ministro luso, todo lo que necesita Portugal es "confianza" pues, según él, "se ha hecho todo lo necesario para redirigir la situación de crisis".
Sócrates ha defendido así las medidas de austeridad emprendidas por Portugal para controlar su déficit e impulsar el crecimiento económico y el empleo.
El pasado miércoles, el Gobierno luso tomó una serie de medidas para el control de las cuentas públicas y la mejora de su competitividad, como sanciones para los ministerios que no cumplan sus objetivos o congelación de las pensiones de cara a 2011.
"La situación económica en Portugal es muy estable", afirmó Sócrates, tras recordar que el crecimiento de la economía lusa entre enero y septiembre ha sido del 1,8 por ciento.
Con un déficit público del 7,3 por ciento en 2010, reducir el desequilibrio en las cuentas públicas hasta el 4,6 por ciento para 2011 es el "principal objetivo" del ejecutivo portugués.
Sócrates, preguntado hasta la extenuación en la rueda de prensa sobre si las medidas tomadas para sanar sus cuentas serán suficientes, ha defendido que las reformas anunciadas "son, por lo menos, las indispensables".
"El conjunto de propuestas aprobado con el beneplácito de patronal y sindicatos permitirán a Portugal “pasar página para seguir en la senda del crecimiento".
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó hoy que está "impresionada" por las medidas económicas adoptadas por España y Portugal en los últimos meses.
"Creemos que Portugal y España han tomado las decisiones que eran necesarias por ahora", afirmó en la noche del jueves el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, tras la primera sesión de esta cumbre.