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Régimen talibán inicia contraofensiva contra Alianza del Norte

El objetivo del gobierno afgano sería recobrar la aldea de Marmul y presionar sobre Shadián, lo que permitiría controlar los accesos desde Uzbekistán, fronterizo con la provincia afgana de Balj, cuyo centro neurálgico es Mazar-i-Sharif.

17 de Octubre de 2001 | 08:34 | EFE
JOYA BAHAUDDIN, Afganistán.- La Alianza del Norte se prepara para librar la decisiva "batalla de Mazar-i-Sharif", bastión clave para inclinar la suerte de la guerra de Afganistán y que los integristas talibán defendieron hoy con una contraofensiva.

Las tropas del comandante tayiko Mohamed Ata contemplaban hoy las alturas sobre Mazar con la esperanza de que se repitieran los bombardeos estadounidenses, que ya el pasado día 7 se produjeron sobre las posiciones talibán en esta "capital del norte" afgano.

A varios kilómetros estaban las fuerzas del uzbeko Abdul Rashid Dostum, otro de los líderes que luchan de momento junto a la Alianza del Norte, y que se empeña en ser el conquistador de este bastión perdido hace tres años y clave para controlar el norte del país.

Las fuerzas aliadas ya tomaron las aldeas que rodean Mazar-i-Sharif y disponen así de puestos de suministro y apoyo para una ofensiva final que no acaba de llegar, a pesar de que según algunas informaciones las fuerzas de oposición capturaron el aeropuerto.

Pero los talibán de Mazar-i-Sharif y sus aliados de la "internacional musulmana", que buscan el martirio en estas tierras, demuestran ser un enemigo correoso y poco dispuesto a ceder, pese a las noticias sin confirmar de deserciones masivas.

Diversas informaciones recogidas en el cuartel que la Alianza tiene en Joyá Bahauddín, en la vecina provincia de Tajar, señalaron que los talibán lanzaron una contraofensiva en dos direcciones, hacia el este y el sudeste, contra las tropas de Ata.

Este contragolpe ha recibido el apoyo de efectivos talibán procedentes de la frontera con Uzbekistán, aun a riesgo de que esta delimitación quede abierta a una incursión de paracaidistas norteamericanos desplegados en esa república centro-asiática.

El objetivo talibán sería recobrar la aldea de Marmul, a la vez que se presiona sobre Shadián, lo que permitiría controlar los accesos desde Uzbekistán, fronterizo con la provincia afgana de Balj, cuyo centro neurálgico es Mazar-i-Sharif.

La intervención de tropas estadounidenses puede ser el peso que vuelque la balanza a favor de la oposición afgana, pero ésta teme que los norteamericanos se atribuyan la victoria de Mazar-i-Sharif y decidan el futuro de la guerra.

Fuentes de la Alianza indicaron que una aportación decisiva de EEUU a favor de la oposición puede alejar para siempre a los jefes tribales que ahora luchan con los talibán pero que no descartan un eventual cambio de bando, algo muy común en los conflictos afganos.

Entre los tayikos que forman el principal núcleo de luchadores de la Alianza, liderada por el depuesto presidente afgano Barhanuddín Rabbaní, circulan rumores inquietantes de que las preferencias de Washington parecen apuntar más hacia el general Dostum.

Al contrario, las tropas de etnia uzbeka, reforzadas con varios clanes tayikos, de este "señor del noroeste" se quejaban hoy de la falta de armas que les impide capturar Mazar-i-Sharif, mientras "otras" fuerzas de la oposición sí reciben suministros rusos.

El propio Dostum dijo ayer en una entrevista que, pese a las promesas, no ha recibido ni un arma de Moscú y que las municiones escasean, afirmaciones que ponen en cuarentena sus aliados tayikos y que atribuyen a una treta más del astuto y orondo guerrero uzbeko.

Pero Dostum insiste en que sus cerca de 18.000 soldados no sólo pelean frente a Mazar-i-Sharif, sino que además tienen que bregar con los talibán al sur de Balj, en Samangán, para cortarles los suministros hacia esa ciudad.

La desconfianza entre las tropas de Dostum sobre los motivos que mueven a EEUU o Rusia en esta crisis se incrementó tras conocerse hoy el anuncio del Ministerio de Defensa ruso de que Moscú ya ha comenzado a suministrar armas a la Alianza por un valor de 45 millones de dólares.

Estas armas no parecen destinadas a las tropas de Dostum, sino a los tayikos de Rabbaní, quienes antes de que termine este mes verán renovados sus arsenales con 40 carros de combate T-55 (un modelo viejo pero similar a los que tienen los talibán), 80 vehículos blindados BMP-1 y BMP-2 y varias docenas de tanquetas BTR-60.

Los otros grupos de oposición que no cuentan con las simpatías de Moscú hacia los tayikos, como Dostum o Ismail Jan, quien pelea con apoyo iraní en Herat, al oeste, esperan un rearme igual -tal vez de EEUU- que les equipare a los hombres de Rabbaní en la carrera hacia Kabul, el gran premio.
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