ISLAMABAD.- Fuerzas especiales de Estados Unidos irrumpieron este lunes en un hospital del sur de Afganistán, donde seis combatientes leales a la organización Al Qaeda, de Osama bin Laden, llevan varias semanas atrincherados, dijo la cadena televisiva CNN.
Francotiradores estadounidenses tomaron posiciones tras los muros del hospital y se escucharon disparos de armas livianas y explosiones ensordecedoras, dijo la fuente.
"Todo parecía que aun había cierta resistencia allí", dijo un reportero de CNN.
Antes se había escuchado disparos de ametralladoras en el hospital, ubicado en la sureña ciudad afgana de Kandahar, dijo la cadena televisiva.
Los hombres, que amenazaron con autoinmolarse si alguien más que un médico entraba al lugar, son parte de 19 combatientes que fueron llevados al Hospital Chino de Kandahar para recibir tratamiento después que la ciudad cayó en manos de la oposición el 7 de diciembre. La mayoría ha escapado desde entonces.
El resto se atrincheró a finales del mes pasado, un día después de registrarse un tiroteo en el hospital cuando sus oponentes afganos trataron de expulsarlos.
Dos de los combatientes fueron arrestados por fuerzas estadounidenses cuando fueron engañados para que abandonaran el hospital. Seis combatientes permanecieron en el centro médico y han rehusado entregarse, dijo la guardia.
Un combatiente herido que trató de escapar del hospital se suicidó a principios de este mes cuando fue visto por un mullah en momentos en que se dirigía a la mezquita del hospital.
Soldados estadounidenses han estado visitando el hospital varias veces al día, dijeron militares. Asimismo, soldados afganos han intentado convencer a los combatientes que se rindan.
Fuerzas de seguridad también han intentado de persuadir a los atrincherados que se entreguen, pero éstos amenazaron con autoinmolarse con sus propias granadas.
Estados Unidos inició una campaña militar en Afganistán en octubre para expulsar a bin Laden, el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, y castigar a sus protectores del Talibán.
