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Marruecos y España inician diálogo sobre islote Perejil

Se espera que las conversaciones entre los ministros de relaciones exteriores de ambos países, Mohamed Benaissa y Ana Palacio, se enfoquen exclusivamente en el islote deshabitado, que ha sido el centro de una disputa de 10 días entre los vecinos a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, en el Mediterráneo.

22 de Julio de 2002 | 10:51 | Reuters
RABAT.- Los ministros de Relaciones Exteriores de España y Marruecos se reunieron este lunes por primera vez, para discutir un disputado islote, tras un acuerdo alcanzado el fin de semana por la intervención de Estados Unidos, en que España aceptó retirar a sus tropas de peñasco de Perejil.

Se espera que las conversaciones entre Mohamed Benaissa y Ana Palacio se enfoquen exclusivamente en el islote deshabitado, que ha sido el centro de una disputa de 10 días entre los vecinos a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, en el Mediterráneo.

No estaba claro si los dos ministros hablarían después con la prensa. Palacio declinó hablar con periodistas a su llegada al Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos, en el centro de Rabat.

Tras la intervención de Estados Unidos, las tropas españolas se retiraron el sábado del islote, que está a escasos 200 metros de la costa de Marruecos.

Madrid había ocupado Perejil -que Marruecos llama Leila-, tres días antes y sacó de ahí, sin disparar un solo tiro, a un puñado de soldados marroquíes que habían sido enviados por su gobierno el 11 de julio en una misión de vigilancia.

Madrid dijo que quería centrar las conversaciones del lunes al estatus del islote de 13 hectááreas, que por lo general está deshabitado y al que sólo llegan algunas cabras a pastar.

No hablarán de enclaves españoles

Madrid dijo que las conversaciones no incluirán los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en la costa de Marruecos, un tema que ha causado grandes tensiones entre ambos países desde hace años.

La lista de quejas mutuas es amplia y está llena de asuntos que ambas partes decidieron dejar para otro momento, como los derechos de pesca, el flujo de inmigración ilegal y el tráfico de drogas por el Estrecho de Gibraltar, además de la situación de Ceuta y Melilla y el futuro del Sahara occidental.

"Esta reunión es para discutir el tema de Perejil solamente", dijo el viceprimer ministro español, Mariano Rajoy.

"Si sucediera -aunque no lo creo- que ellos quisieran incluir otros temas en la agenda, nosotros nos negaríamos", dijo a la cadena de radio Cope.

Un portavoz de la embajada de España en Marruecos dijo que había sólo dos temas en la agenda:

- La implementación del acuerdo sobre el islote Perejil tal como quedó establecido en una carta del secretario de Estado norteameriicano, Colin Powell, fechada el 20 de julio, y
- Establecer una agenda para futuras discusiones.

Marruecos no había ocultado su deseo de llevar a la mesa del diálogo el tema de Ceuta y Melilla, pero no opuso resistencia a la decisión de España de dejarlo para otra ocasión.

Sin embargo, analistas dijeron que el encuentro de Palacio con Benaissa debería, sobre todo, proporcionar la oportunidad para que ambas partes pongan fin al deterioro de las relaciones bilaterales.

Palacio, la primera mujer que ocupa ese cargo, fue nombrada un día antes de que estallara la crisis de Perejil y expresó su deseo de restablecer unas relaciones lo más fluidas posibles con el país vecino.

Pese a la proximidad y los estrechos lazos comerciales entre España y Marruecos, la disputa de Perejil ha sido la más reciente de una serie de diferencias que alcanzaron su punto culminante en octubre, cuando Rabat retiró a su embajador en Madrid.

El primer paso para la normalización de las relaciones será probablemente el regreso de los embajadores a sus respectivas representaciones diplomáticas. Madrid llamó a consultas a su embajador en Rabat horas antes de desembarcar en Perejil, el miércoles.

Gran Bretaña anunció recientemente su disposición a compartir la soberanía de Gibraltar con España, una idea que no cuenta con el respaldo de los gibraltareños.

Animados por estas conversaciones, muchos vieron la ocupación de Perejil como un intento de Marruecos de forzar una discusión sobre Ceuta y Melilla.
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