Jóvenes chilenos en Alemania. |
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI considera como una decisión de la Providencia que su primer viaje al exterior sea a Alemania, su tierra natal, y en oportunidad de una cita con los jóvenes.
El Pontífice lo afirmó en una entrevista que concedió a la radio Vaticana, difundida hoy, pero anticipada parcialmente ayer sábado.
El Papa, interrogado sobre la causa de su alegría de viajar a Colonia para la Jornada Mundial de la Juventud, respondió que se debe a "muchas razones. En primer lugar, pasé años muy hermosos en Renania y me da gusto poder compartir de nuevo la índole de esta ciudad, abierta al mundo, y a todo lo que a ella está vinculado".
"Y luego porque la Providencia quiso que mi primer viaje al exterior fuese justamente en Alemania. ¡Nunca habría osado a organizarlo yo mismo!", afirmó. "Pero luego, si el buen Dios ha dispuesto así, claro, tenemos el derecho de gozar de ello. Y más con el hecho que este primer viaje al exterior sea justamente un encuentro con los jóvenes de todo el mundo...", subrayó el pontífice.
"Encontrar a los jóvenes es siempre bello, porque quizás también tienen tantos problemas, pero seguramente llevan consigo la esperanza. ¡En los jóvenes existe la dinámica del futuro!. De un encuentro con los jóvenes se sale siempre con una carga nueva, más alegres, más abiertos", dijo Joseph Ratzinger. "Estos son algunos de los motivos que luego, con el pasar del tiempo, reforzaron ulteriormente mi alegría", agregó el Papa alemán.
El ejemplo de santos y mártires
El pontífice también recordó hoy a los jóvenes que participarán en la Jornada Mundial el ejemplo de los santos y de los mártires, entre ellos Edith Stein y Maximiliano Kolbe, muertos en los lagers nazis.
Santos y mártires, explicó el pontífice, nos recuerdan que el "Señor no cierra los ojos frente a la necesidad de sus hijos", no es "insensible a sus pedidos". Según el Papa se trata de "un alientos a no perdernos de ánimo, a no desesperar ni siquiera en medio a las más duras pruebas de la vida".
Esta fue la reflexión propuestas por Joseph Ratzinger durante el Angelus de hoy, recitado desde la ventana del palacio apostólico de Castelgandolfo, 25 kilómetros al sur de Roma, residencia estiva de los papas, frente a algunos miles de personas en clima de fiesta.
La reflexión del pontífice partió de un episodio evangélico, el de una mujer cananea atormentada por el demonio. Una "mujer humilde, explicó, señalada por Jesús como ejemplo de fe indómita. Su insistencia en invocar la intervención de Cristo, prosiguió Ratzinger, es para nosotros aliento a no perdernos de ánimo, a no desesperar en medio a las más duras pruebas de la vida. Este es el testimonio de los santos y mártires", subrayó.
Entre los santos y mártires recordados en estos días por la Iglesia, el Papa citó hoy entre otros a Edith Stein, "copatrona de Europa, muerta en un campo de concentración" y Maximiliano Kolbe "que se inmoló voluntariamente en lugar de un padre de familia", siempre en un lager.
"Invito a todo bautizado, agregó, y en modo especial a los jóvenes que participan en la Jornada Mundial de la Juventud a mirar a estos ejemplos de heroísmo evangélico". En los saludos en varios idiomas después del Angelus, el Papa renovó la invitación a rezar por los jóvenes que se preparan a participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
