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Alemania: Opera, champán y langosta reúne a ricos y famosos contra el sida

Entre los intérpretes estuvieron el bajo Matti Salminen, la mezzo chilena Angela Marambio, el tenor Piotr Beczala y las sopranos Nino Machaidze y Krassimira Stoyanova.

11 de Noviembre de 2007 | 01:50 | EFE

BERLÍN.- Actrices, deportistas, aristócratas, empresarios y políticos alemanes volvieron a congregarse como cada noviembre en la Deutsche Oper para recaudar fondos contra el sida en una gala benéfica que sirvió ópera, champán y langosta a granel.


Más de 2.300 personas participaron anoche en la gala operística que desde hace catorce años organiza la Fundación alemana contra el sida, evento que por su alta concentración de ricos y famosos y su amplia resonancia en la prensa, se ha convertido en acto social obligado para quienes son o quieren ser parte de la farándula.


Las entradas costaron entre 200 y 1.500 euros, dependiendo de si incluían la opción del concierto y derecho a mesa para la cena que se sirvió tras el concierto, que se prolongó en forma de fiesta con baile y barra libre hasta la madrugada.


"Sabemos que una voz, la de la música, puede llegar allí donde no llegan las palabras,” declaró el responsable artístico de la gala, Alard von Rohr, para quien uno de los aspectos negativos del sida sigue siendo la falta de concienciación social y de tolerancia.


Como en ediciones anteriores, la Fundación editará para su venta al público un CD y un DVD del concierto de arias de esta noche, en el que participaron nueve cantantes solidarios acompañados por la orquesta de la Deutsche Oper de Berlín dirigida por Lawrence Foster.


Entre los intérpretes, una estrella del panorama operístico internacional, el bajo Matti Salminen, una latinoamericana que se abre camino en el bell canto, la mezzo chilena Angela Marambio, y habituales en los círculos operísticos berlineses como el tenor Piotr Beczala y las sopranos Nino Machaidze y Krassimira Stoyanova.


La moderación de la gala, apadrinada por el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, y la Begun Inaara Aga Khan, estuvo en manos del cantante Max Raabbe.


La lista de rostros conocidos que acudieron a la gala benéfica fue tan larga como la alfombra roja que tendió la Deutsche Oper para acentuar el glamour del pase de los invitados ante las cámaras y los fotógrafos, aunque sólo unos pocos son conocidos fuera de Alemania, como el ex tenista Michael Stich, campeón de Wimblendon 1991.


No faltaron para consumo de la prensa nacional actores, modelos, estrellas de la televisión, algunos ministros del gobierno de Angela Merkel, y homosexuales conocidos como el alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, y el líder de la oposición parlamentaria alemana, Guido Westerwelle, ambos acompañados de sus novios.


Tras el concierto de arias e idas y venidas de señoras de largo y acompañantes acostumbrados al smoking, vino la fiesta mundana y la gastronomía a granel. Comida, bebida, música y papeletas para la tómbola por doquier, en el backstage, en los pasillos, en el foyer.


Según la empresa encargada del catering, para la confección del menú de este multitudinario banquete se utilizaron 320 kilogramos de langosta, 130 kilos de hígado de pato, 180 kilogramos de salmón tipo Balick, 200 kilos de langostinos y gambas tigre y 300 kilos de carne de ternera.


Para las creaciones dulces, los reposteros gastaron 80 kilogramos de queso cremoso y 80 kilogramos de chocolate y cantidades similares de fruta, harina y leche y mantequilla.
Y para aligerar la digestión y calentar el ambiente, se sirvieron más de 2.500 botellas de vino y 1.500 de espumosos y champán.


El conocido “Marlene Bar", con un chiringuito próximo a una de las zonas de baile sirvió, en cuatro horas, 2.500 cócteles, según declaró a Efe el jefe de barra, Onur Köksal.


"Hemos creado un cóctel especial Gala-Sida pero lógicamente tenemos a disposición otras bebidas. La meta es mantener en este tipo de evento nuestro alto nivel, lo que supone un desafío", dijo.


En total, la gala movilizó a 60 cocineros, 200 ayudantes y camareros, 40 expertos en logística y 25 camiones con equipos de cocina, frigoríficos y almacenamiento.


Del dinero recaudado, informará la Fundación contra el sida en días venideros, pero el balance será positivo pues la práctica totalidad de las entradas se vendieron con anterioridad.


La gala operística contra el sida ha generado en sus trece años de existencia ingresos por valor de 4,4 millones de euros, dinero que la Fundación ha destinado a programas de asistencia en Berlín y al tratamiento de niños afectados por el virus que provoca el Sida en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

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