PARÍS.- El jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy, volverá el lunes a Moscú y Tiflis, como presidente de turno de la Unión Europea y colaboradores para tratar de acelerar la aplicación del acuerdo de paz aún retrasado por los rusos, un mes después del conflicto con Georgia.
En su primer viaje, hace un mes, Sarkozy negoció solo y presionado por la urgencia un texto que le acarreó las críticas de algunos de sus socios de la Unión Europea (UE).
Este lunes regresará a Rusia y Georgia acompañado por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, con un mandato preciso y el apoyo unánime de los 27.
En su reunión del 1 de septiembre en Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE encargaron a la "troika" europea lograr lo antes posible la aplicación integral del acuerdo de paz de seis puntos negociado el 12 de agosto. Los rusos retrasan el respecto de algunos de esos puntos.
Sarkozy se entrevistará el lunes con su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, para tratar de lograr "avances" en tres temas juzgados esenciales, según su entorno.
El primero es el despliegue rápido en Georgia de una misión de observadores independientes.
La UE quiere enviar un contingente civil, que se sumaría a la misión de la ONU ya en la región separatista georgiana de Abjasia y a la que la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) quiere establecer alrededor del otro territorio separatista de Osetia del Sur.
Los jefes de las diplomacias de los 27 confirmaron esa voluntad en su reunión del viernes y sábado en Aviñón (sur de Francia).
Sin embargo, como subrayó Solana, la zona de despliegue de la misión de la UE, y por tanto su eficacia, deberá ser discutida el lunes con Rusia.
El segundo es, según la Presidencia francesa, "lograr fechas precisas, mecanismos y compromisos de Moscú que garanticen el término de la retirada"de las tropas rusas aún presentes en suelo georgiano, fuera de Osetia del Sur y Abjasia".
Moscú afirma haber retirado del territorio georgiano a todos sus efectivos y sólo mantener tropas en las zonas de contención cercanas a los dos territorios separatistas, según el punto quinto del acuerdo.
Francia considera que alrededor de un millar de soldados rusos están aún desplegados en los alrededores de Abjasia y Osetia del Sur.
Por último, el presidente francés espera lograr de Rusia "fecha y lugar" para iniciar las discusiones previstas en el punto sexto del acuerdo sobre "la seguridad y estabilidad" en ambos territorios separatistas georgianos, cuya independencia reconoció Moscú el 26 de agosto, pese a la oposición occidental.
"Sería ya una satisfacción" ver cómo los rusos aceptar el inicio de esas discusiones, comentaron fuentes del palacio del Elíseo (Presidencia francesa).
Sin embargo, Rusia no parece dispuesta a hacer concesiones, como sugiere su calmada reacción a la decisión de la UE de aplazar las negociaciones sobre su futuro acuerdo de cooperación con Moscú.
Los rusos, además, denuncian ambigüedades en la traducción del acuerdo de paz con Georgia para seguir retrasando su total aplicación.
"Los rusos quieren que se reconozcan las nuevas relaciones de fuerza surgidas de su intervención (en Georgia). No hay que sorprenderse de que no respeten el acuerdo", juzgó Thomas Gomart, especialista en Rusia del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
París por su parte, ya ha señalado que, en caso de fracaso de la "troika" europea, el bloque discutirá sobre una "larga lista" de posibles sanciones contra Moscú, entre ellas la anulación de la cumbre Rusia-UE del 14 de noviembre.
Tras su estadía en la capital rusa, Sarkozy, Barroso y Solana viajarán el lunes por la tarde a Tiflis para reiterar su apoyo al presidente georgiano, Mijail Saakashvili, e informarle de los resultados de sus discusiones con Medvedev.