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Desentierran en Venecia restos que serían de una mujer "vampiro"

El esqueleto, que tiene un ladrillo en su mandíbula, fue hallado en una fosa común en la que fueron enterradas víctimas de una plaga que afectó a la isla de Lazzaretto Nuovo en 1576.

12 de Marzo de 2009 | 16:06 | REUTERS
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El cráneo de la mujer ''vampiro'' con un ladrillo en su mandíbula.

REUTERS

ROMA.- Investigadores italianos creen haber encontrado los restos de una mujer "vampiro" en Venecia, enterrada con un ladrillo entre sus quijadas para prevenir que se alimentara de las víctimas de una plaga que azotó la ciudad en el siglo XVI.


Matteo Borrini, un antropólogo de la Universidad de Florencia, dijo que el descubrimiento en la pequeña isla de Lazzaretto Nuovo, en la laguna de Venecia, respalda las creencias medievales de que vampiros estaban detrás de la propagación de plagas como la peste negra.


"Ésta es la primera vez que la arqueología ha logrado reconstruir el ritual de exorcismo de un vampiro", dijo Borroni.


"Esto ayuda (...) a probar como nació el mito de los vampiros", agregó.


El esqueleto fue desenterrado de una fosa común de la plaga veneciana de 1576 en Lazzaretto Nuovo, una isla situada a unos tres kilómetros al noreste de Venecia usada como sanatorio para quienes sufrían de la plaga.


La sucesión de plagas que causó estragos en Europa entre el 1300 y 1700 fomentó la creencia en los vampiros, debido principalmente a que la descomposición de los cadáveres no era bien comprendida, dijo Borrini.


Los sepultureros que reabrían las tumbas comunes algunas veces encuentran cuerpos hinchados por el gas, con el cabello aún creciendo y sangre saliendo de sus bocas y creen que están todavía vivos.


Las mortajas usadas para cubrir los rostros de los muertos muchas veces se pudrían por las bacterias de la boca, revelando los dientes de los cadáveres. Los vampiros son popularmente conocidos como "comedores de mortajas".


De acuerdo a textos médicos y religiosos medievales, los "no muertos" expandían la pestilencia para poder succionar el resto de vida de los cadáveres hasta que adquirían las fuerzas para volver de nuevo a las calles.


"Para matar a un vampiro debes remover la mortaja de su boca, que era su alimento como la leche para un niño, y poner algo que no se pudiera comer ahí", dijo Borrini.


"Es posible que otros cadáveres hayan sido encontrados con ladrillos en sus bocas, pero ésta es la primera vez que el ritual ha sido reconocido", agregó.


Mientras las leyendas sobre los bebedores de sangre se remontan a miles de años atrás, la figura moderna del vampiro fue resumida en la novela de 1897 "Drácula", del autor irlandés Bram Stoker, basada en cuentos populares de Europa Oriental del siglo XVIII.

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