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Vuelven los enfrentamientos entre policías y minoría musulmana en China

Los uigures regresaron a la calle en Xinjiang para denunciar la violenta represión del gobierno a su protesta del domingo, la que dejó al menos 156 muertos, más de 800 heridos y cerca de 1.400 detenidos

07 de Julio de 2009 | 01:50 | Reuters
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Los manifestantes se quejaron porque miembros de sus familias habían sido arrestados arbitrariamente, luego de los disturbios del domingo, y se comprometieron a seguir resistiendo.

Reuters.

URUMQI, CHINA.- Cientos de uighures se enfrentaron el martes con la policía anti disturbios en la capital de la región musulmana china de Xinjiang, dos días después de que un estallido de violencia de origen étnico dejó 156 muertos y más de 800 heridos.


Los manifestantes se quejaron porque miembros de sus familias habían sido arrestados arbitrariamente en redadas, luego de que el domingo se desataron disturbios en Urumqi, capital de la región y se comprometieron a seguir resistiendo.


"Mi esposo fue arrestado ayer por la policía. No dijeron porqué. Sólo se lo llevaron", dijo una mujer que se identificó como Maliya.


Los enfrentamientos comenzaron cuando manifestantes uighures avanzaron contra cientos de efectivos antidisturbios, que llevaban porras y escudos.


Abdul Ali, un uighur de veintitantos años que se había sacado la camisa, levantó su puño en el aire. "Nos han estado arrestando sin razón, y es hora de que nos defendamos", expresó el manifestante.


Ali dijo que tres de sus hermanos y su hermana se encontraban entre los 1.434 detenidos para ser interrogados. Residentes locales se quejaron de que la policía estaba realizando operativos indiscriminados en áreas de la comunidad uighur.


Más tarde, la multitud comenzó a dispersarse, mientras la policía antidisturbios retrocedía lentamente por la calle en las afueras de Urumqi. El martes temprano, el jefe del Partido Comunista en Xinjiang, Wang Lequan, dijo que los disturbios del domingo habían sido sofocados, aunque advirtió que "esta lucha esta lejos de haber concluido".


Los medios estatales de Xinjiang citaron a Wang instando a funcionarios a lanzar "una lucha contra el separatismo". Algunos diarios de Xinjiang también exhibieron fotografías gráficas de la violencia, incluyendo cadáveres. Al menos una de las fotos mostraba a una mujer degollada.


A pesar de la mayor seguridad, los disturbios parecían estarse propagando por la volátil región, donde las tensiones étnicas de larga data periódicamente devienen en baños de sangre.


La representante de la organización Human Rights Watch, Sophie Richardson, pidió que se realizara una investigación independiente sobre los incidentes. "Quienquiera que haya iniciado la violencia, bajar las tensiones étnicas en la región requiere que el Gobierno aborde constructivamente las inquietudes de los uighures, no que las exacerbe", sostuvo.

El Tíbet y Xinjiang son de las regiones políticamente más sensibles en China y en ambos lugares el Gobierno ha buscado mantener su estricto control sobre la religión y la vida cultural, mientras promete mejoras económicas y prosperidad.

Sin embargo, las minorías se quejan desde hace tiempo de que los chinos de la etnia Han acaparan la mayoría de los beneficios de subsidios oficiales, mientras que los residentes se sienten extranjeros en sus propios hogares.

Casi la mitad de los 20 millones de habitantes de Xinjiang son uighures, mientras que la población de Urumqi, emplazada a 3.270 kilómetros al oeste de Pekín, está constituida principalmente por chinos Han.

Funcionarios chinos han responsabilizado por la violencia a grupos separatistas extranjeros, que según dicen, quieren crear una patria independiente para la minoría musulmana uighur.

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