ISLAMABAD.- Al menos 75 personas murieron y otras tantas resultaron heridas hoy a raíz de un atentado suicida cometido en un centro deportivo de Shah Hasan Khan, noroeste de Pakistán, donde se estaba jugando un partido de voleibol.
Fuentes policiales informaron que decenas de espectadores fueron imprevistamente atropellados por un vehículo lanzado a toda velocidad contra ellos, mientras el hombre que lo conducía accionaba un detonador.
El vehículo saltó por el aire al mismo tiempo que llamas y piezas de metal caían sobre la gente.
La onda explosiva destruyó además una veintena de casas de los alrededores, sepultando debajo de los escombros un número impreciso de personas.
En cuanto a los heridos, muchos de ellos tienen pocas posibilidades de sobrevivir debido a que la estructura más parecida a un hospital de Shah Hasan Khan se encuentra a más de 30 kilómetros de distancia, en la aldea de Lakki Marwat, informaron los socorristas.
Por otra parte, agregaron, no hay automóviles suficientes para transportarlos a todos.
Una de las acciones más cruentas
La matanza de hoy cometida en el distrito de Bannu es una de las más cruentas entre las realizadas recientemente. El área limita con Waziristan del Sur, zona tribal en la frontera con Afganistán, cuartel general de los talibanes paquistaníes, pero también refugio de integristas islámicos afganos que atraviesan sin problemas en los dos sentidos una frontera nunca claramente definida y también poco controlada.
Precisamente en los últimos meses el ejército de Islamabad lanzó una ofensiva sin precedentes contra los talibanes que, sin embargo, como represalia han multiplicado los ataques suicidas.
Un atentado contra la gente reunida para una manifestación deportiva es, según los analistas, decididamente insólito.
Mercados y mezquitas son objetivos a menudo elegidos por los kamikaze para causar un mayor número de víctimas además de incrementar el terror.
Pero en estos pequeños pueblos que el ejército no logra defender son los propios habitantes los que organizan milicias para combatir a los talibanes.Según el jefe de policía del distrito, Mohammad Ayub Khan, es posible que en este caso se haya tratado de una verdadera represalia contra civiles que no aceptan asumen posiciones decididamente contrarias a occidente.
Huelga general
Justamente hoy, en Karachi, capital económica del país, que el lunes fue escenario de una nueva masacre cometida por un atacante suicida durante una procesión de chiitas, en la que murieron más de 40 fieles, dirigentes políticos y religiosos declararon una huelga general.
La medida se tomó en señal de lutom pero también como forma de protesta contra la incapacidad del gobierno y del presidente, Asif Ali Zardari, para proteger al país de hechos de terrorismo.
Según testigos y fuentes oficiales la participación fue altísima. Los comercios y empresas cerraron sus puertas; tampoco funcionó la Bolsa y las calles permanecieron desiertas.
De este modo, una ciudad de 14 millones de personas quedó prácticamente detenida. Los talibanes paquistaníes respondieron con otro desafío de sangre.
