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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 07:42
BERLÍN.- El tribunal regional de Berlín condenó hoy a cadena perpetua a un español de 47 años que asesinó por celos al primer amor de su mujer.
Considerando las pruebas, el juez concluyó que en la noche del 5 de noviembre del año pasado, el electricista de la localidad madrileña de Getafe mató con un cuchillo cocinero a su víctima, un ingeniero y músico alemán también de 47 años. Solicitó por ello la pena que había pedido la fiscalía.
El condenado llegó a Berlín procedente de Madrid el día anterior a los hechos en un vuelo reservado tres meses antes y ese mismo día por la tarde compró en un supermercado el arma blanca con el que cometió el crimen.
Esperó a su víctima ante el edificio en el que vivía, en el acomodado barrio de Wilmesdorf, y sin mediar palabra, le clavó el cuchillo dos veces.
Murió tres horas después en un hospital. El español, por su parte, viajó inmediatamente después a Madrid, donde fue arrestado por la policía.
El acuchillamiento "no fue un accidente, fue un asesinato con alevosía y nada más", afirmó el tribunal berlinés.
La defensa aseguraba que no había sido intencionado, sino un accidente en un forcejeo entre ambos.
Los celos y el miedo a perder a sus hijos fueron el único desencadenante del crimen, aseguró el juez, que acusó abiertamente al español de mentir y de decir incongruencias.
El condenado está casado con la austriaca desde 1997. En mayo del año pasado, descubrió por casualidad mientras arreglaba el computador de su hija que su esposa mantenía una relación pasional con un antiguo novio alemán, separado y padre de dos menores.
Ambos se habían conocido en la escuela en Atenas y se habían reencontrado gracias a Internet en el verano (boreal) de 2009.
Se enviaban mails y mensajes de móvil casi a diario y ella propuso incluso abandonar a su marido cuando los hijos fueran mayores.
Le prometió que había acabado con esa relación, pero el intercambio de mensajes no cesó. De modo que su marido decidió viajar a Berlín y enterarse de los detalles.
Ante el tribunal aseguró que sólo quería hablar con el amor de juventud de su esposa.
En principio, no pudo probarse que viajara ya con la intención de acabar con la vida de éste, pero al comprar el cuchillo de 18 centímetros quedó demostrado que tenía la mala intención, argumentó el juez.
El español había asegurado que llevaba el arma como defensa propia, porque viajaba solo.
