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Obama aprendió la lección y tomó la ofensiva en segundo debate

El intercambio en Nueva York fue más intenso y equilibrado que el primer cara a cara. En el plano internacional, el Mandatario reconoció que es "el último responsable" del ataque en Bengasi que costó la vida al embajador de EE.UU.

16 de Octubre de 2012 | 23:57 | Agencias/Emol
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El intercambio de hoy entre Obama y Romney fue más intenso que el primer debate.

AP

NUEVA YORK.- La universidad Hofstra, situada en Hempstead, Nueva York, fue el escenario del esperado segundo debate entre los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos en el que el actual Mandatario, Barack Obama, pareció tomar lecciones de su deslucida presentación anterior ante Mitt Romney.

Su contrincante buscaba profundizar su éxito previo, que le permitió avanzar en las encuestas. No obstante, hoy debió enfrentar la intensa ofensiva del Presidente, quien en varias oportunidades lo acusó de mentir y no perdió ninguna oportunidad para contraatacarlo con dureza.

De hecho, aprovechó que le correspondió cerrar el debate para dejar sobre la mesa el tema más costoso hasta ahora para el republicano: su polémica alusión en un video al "47% de la población" de EE.UU. que, según dijo, se considera víctima y es dependiente de la ayuda gubernamental. "Yo quiero luchar en favor de ellos", afirmó el Mandatario.

El precedente del actual cara a cara es la discusión que protagonizaron los candidatos a vicepresidente, en el que el compañero de fórmula del Mandatario, el vicepresidente Joe Biden, mostró un talante más agresivo ante Paul Ryan.

Obama y Romney contestaron preguntas sobre política interna y la situación exterior, moderadas por la periodista Candy Crowley, realizadas por 80 personas que se definen como indecisas ante las próximas elecciones presidenciales.

Siempre de negro, esta vez intercambiaron colores en sus corbatas: el demócrata usó una de color rojo y el republicano otra con rayas anchas azules.

El escenario más informal de este debate con respecto al anterior facilitó el desplazamiento de los candidatos, quienes sólo contaron con sillas sencillas, sin podio. Ambos respondieron las preguntas de pie, micrófono en mano.

Obama al ataque

Romney abrió el fuego ante la audiencia, que incluye gran número de alumnos y académicos del plantel en el que se realiza el debate. Él y Obama contestaron a la pregunta de un estudiante sobre el futuro de los empleos en EE.UU.

Tal como habían anunciado en las horas previas Robert Gibbs, uno de sus asesores, el Mandatario se vio más energético durante el intercambio de opiniones.

Así, tras la exposición de Romney sobre su plan de cinco puntos para reactivar el empleo, Obama rechazó su posición con energía.

"Lo que acaba de decir el gobernador Romney sencillamente no es verdad", afirmó. "Él tiene un plan de sólo un punto: asegurarse de que los más ricos puedan jugar con reglas diferentes. Ésa fue su filosofía como  gobernador y ha sido su filosofía como candidato presidencial", aseguró el actual Mandatario.

La moderadora Crowley no le permitió al abanderado republicano responder inmediatamente a la afirmación de Obama y pasó a la siguiente pregunta, de acuerdo a las normas previstas para el intercambio.

Pese a que en un primer momento la periodista mostró control del debate, pronto los dos candidatos comenzaron a salirse del libreto previsto mientras contrastaban con vigor sus posiciones. Crowley también tuvo que sacar un "torpedo" de su bolsillo para recordar cifras durante una pregunta sobre el tema de los impuestos.

En el tema energético se libró el primer intercambio intenso entre los dos abanderados presidenciales. Ambos se enfrentaron cara a cara y se interrumpieron el uno al otro sobre el tema de la industria petrolera y las energías limpias.

En este plano, Obama volvió a acusar a su contrario de mentir y agregó que el plan del republicano es dejar que las compañías petroleras redacten las políticas energéticas.

"No es verdad", dijo Obama, cuando Romney sostuvo que la producción petrolera de EE.UU. se ha reducido durante su mandato."Es absolutamente cierto", replicó Romney mirando directamente al Presidente.

Sobre el espinoso asunto de los impuestos, Romney se preocupó de aclarar que él no busca beneficiar a los grupos más adinerados en EE.UU. "El 5% de los que más ganan van a pagar el 60% del impuesto sobre la renta. Eso seguirá igual", aseveró, y añadió que las reducciones que propone buscan beneficiar a la clase media.

"La clase media ha sido 'enterrada' por la crisis. Bajo ninguna circunstancia voy a aumentar los impuestos a la clase media", insistió.

Obama coincidió en su intención de favorecer a este grupo en cuanto al problema impositivo. "Darle a la clase media y a quienes quieren entrar a la clase media un alivio", aseguró.

"He dicho que si es una obligación la reducción del déficit fiscal, tenemos que conseguir que los ricos contribuyan un poco más", recalcó.

Tal como lo hizo en el primer debate, Romney volvió a aludir de manera negativa a China, al decir que busca prevenir "que nos engañe" en materia económica.

Obama no perdió tiempo al contraatacar a su contrario más tarde sobre este tema. "Piensen que él (Romney) invirtió en compañías en China", aseveró. Agregó que su contrario ha invertido en firmas que desarrollan equipos de seguridad que pueden servir para "espionaje" desde esa potencia asiática.

Más tarde, la discusión subió de punto cuando Romney desafió a Obama a revisar su plan de pensiones, aludiendo al mismo tema de las inversiones personales y la situación del sistema de pensiones. "No lo he revisado, pero seguramente no es tan grande como el suyo", contestó irónicamente el Mandatario.

Debate sobre derechos de la mujer

Sobre una pregunta relacionada con el trabajo femenino y la igualdad laboral, Obama recordó a su madre, quien trabajó mientras era jefa del hogar, y a su abuela, que pasó de empleada a alta ejecutiva de un banco. Al mismo tiempo, resaltó las políticas de su gobierno en favor de equilibrar las oportunidades.

En este plano llamó a continuar la lucha "contra la discriminación, y quiero seguir en esa vía durante los próximos cuatro años".

También mencionó la necesidad de iniciativas como la cobertura médica de la contracepción, y cuestionó la oposición de su contrincante a la planificación familiar.

Romney, a su turno, recordó que, como gobernador, se preocupó de incorporar mujeres a su gabinete y aplicar medidas como horarios flexibles para facilitar la contratación femenina.

"Un total de 580 mil trabajos se están perdiendo para las mujeres" en la actualidad, advirtió el abanderado republicano, quien enfatizó que la fórmula para lograr la incorporación femenina al trabajo reside en fortalecer la economía de EE.UU.

"Invitación" a inmigrantes legales

En cuanto a la política migratoria, Romney recordó que su padre nació en México. "Queremos que les vaya a bien a los inmigrantes, con políticas más claras", aseguró.

"Necesitamos dar visas a personas que tienen las destrezas que necesitamos. Hay personas en todo el mundo que tienen conocimientos técnicos y científicos: que consigan una greencard y vengan", aseguró.

No obstante, insistió en que esa inmigración debe ser legal, y afirmó que las políticas planteadas en este tema por Obama han "fracasado".

El Mandatario, en tanto, volvió a atacar con dureza el desempeño en este tema del gobernador republicano.

"Su estrategia principal fue animar a la autodeportación haciéndole la vida imposible a la gente", recalcó.

Duro intercambio por Bengasi

La primera pregunta sobre el tema internacional aludió al incidente ocurrido el 11 de septiembre en Bengasi (Libia) en el que falleció el embajador Chris Stevens, y varios funcionarios estadounidenses. En ese plano, insistió en que su administración velará para que se descubra a los culpables del ataque.

"Ustedes saben que yo hablo en serio", aseveró, aludiendo a la operación que abatió al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, efectuada bajo su mandato.

"Cuando alguien ataca a EE.UU., los perseguimos. Pero el gobernador Romney tenía una posición diferente: hizo una declaración a la prensa con afirmaciones políticas. Eso no es actuar como un comandante en jefe: convertir un desafío como éste en asunto político", recalcó.

Romney, a su turno, aludió a la participación de Obama en actos proselitistas en las jornadas que siguieron al ataque en Bengasi, y censuró que no se calificara la acción desde el primer momento como un "acto terrorista".

Al mismo tiempo, enfatizó que la respuesta del actual gobierno "genera dudas" sobre la capacidad de EE.UU. para enfrentar este tipo de desafíos, especialmente en el mundo musulmán.

"Las políticas del presidente en Cercano Oriente comenzaron con una gira de disculpas y una estrategia de liderar desde atrás, y esta estrategia se está desentrañando ante nuestros ojos", declaró.

Obama fue consultado sobre la declaración de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien asumió su responsabilidad por los acontecimientos en Bengasi. Al respecto, el Mandatario también reconoció su propia responsabilidad en no prevenir el hecho.

"Yo soy el responsable último, y por eso nadie tiene más interés que yo en saber quién" cometió el ataque, declaró el Mandatario.

También contestó duramente a las alusiones de Romney sobre sus actividades y reacciones luego del atentado en Libia. "Gobernador, me ofende. No es lo que hemos hecho. No es la manera como he actuado como comandante en jefe", afirmó con rostro grave.

En cuanto al tema del control de las armas dentro de Estados Unidos, Romney aludió al caso "Rápido y Furioso", el sonado descubrimiento de tráfico de armamento que terminó en manos de delincuentes y que envolvió a autoridades gubernamentales.

Al terminar el debate, y tras defender al sistema de libre empresa, que ha demostrado la capacidad "de generar la mayor prosperidad que el mundo ha conocido", Obama puso el broche con lo que no hizo en el primer encuentro: aludió a las polémicas declaraciones del republicano sobre "el 47%", que ha sido una espina clavada en su costado pese a que pidió disculpas y reconoció su error.

"Creo que el gobernador Romney es una gran persona", aseveró. "Pero cuando dice que el 47% de las personas en EE.UU. se consideran víctimas y son dependientes del Estado, me pregunto de quién hablaba él: de antiguos combatientes, de soldados que están fuera de este país", junto a quienes trabajaron y hoy reciben beneficios de seguridad social y estudiantes.

"Yo quiero luchar en favor de ellos", concluyó.

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