JERUSALÉN.- El coordinador del Programa Humanitario de la ONU, James W. Rawley, expresó este viernes su honda preocupación por la decisión de las autoridades israelíes de derribar 36 viviendas en la aldea de Ein Hilwe, que dejó desplazadas y sin hogar a 66 personas, 36 de ellas niños.
Ein Hilwe se halla en el valle del Jordán, una zona estratégica de Cisjordania que Israel se resiste a desalojar y que los palestinos quieren que el Ejército israelí y los colonos abandonen de forma gradual en un plazo no superior a tres años, si finalmente se firma el acuerdo marco de paz.
"Estoy profundamente preocupado por el continuado desplazamiento y el desahucio de palestinos en las áreas C, y en particular a lo largo del valle del Jordan donde el número de estructuras es más del doble que el año pasado", dijo Rawley en un comunicado distribuido a la prensa en Jerusalén.
"Esta actividad no solo niega a los palestinos el acceso a una vivienda y a los servicios básicos, también atenta contra la ley internacional", agregó.
"La destrucción de las propiedades de los palestinos y su desalojo forzoso debe frenarse de inmediato hasta que los palestinos tengan acceso a un plan justo y un régimen zonal que satisfaga sus necesidades", subrayó.
En la nota del comisionado se señala, asimismo, que las organizaciones humanitarios están facilitando ayuda de emergencia a las familias que se han quedado sin techo pero que su labor es cada vez más complicada debido a las restricciones y los obstáculos de las autoridades israelíes en áreas C del valle del Jordán.
El documento denuncia que en numerosas ocasiones esa ayuda es decomisada, confiscada e incluso destruida por las fuerzas de seguridad.
Según datos del citado organismo, el desplazamiento de la población palestina creció en un 25 por ciento en 2013, con unos 1.100 desplazados en Cisjordania, tanto en Jerusalén Este como en las denominadas zonas C, controladas por el Ejército israelí, debido a la demolición de casas.
En muchos de esos casos, las autoridades israelíes argumentan la falta de permisos de construcción que, según está agencia de la ONU, son virtualmente imposibles de conseguir.
Desde el comienzo de 2014, cerca de 100 estructuras de propiedad de palestinos han sido derribadas en las referidas áreas, lo que ha causado el desplazamiento de unas 180 personas, un centenar de ellas niños, agrega.
El futuro del valle del Jordán es uno de los puntos de fricción del plan de paz impulsado por el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, para lograr que palestinos e israelíes firmen un acuerdo marco de paz antes de que concluya el próximo mes de abril.
A la oposición de los palestinos se une el rechazo de los colonos judíos a abandonar una tierra que consideran parte de Israel.
La posibilidad de que Israel aceptar que algunos de estos asentamientos queden bajo soberanía palestina ha desencadenado en las últimas semanas enfrentamientos entre los sectores de la derecha israelí que integran la colación de gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
