Los presidentes sudamericanos en la Unasur.
AFP
QUITO.- Los jefes y jefas de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), reunidos este viernes en Quito para inaugurar la nueva sede del bloque, declararon su compromiso con la construcción definitiva de la integración sudamericana bajo los principios de paz, democracia y promoción de los derechos humanos.
En una declaración aprobada tras la cumbre presidencial, destacaron a la integración "como instrumento efectivo para contribuir al bienestar de los pueblos y proyectar a la región como una zona de paz consolidada, que promueve un mundo multipolar equilibrado y justo".
En la sesión desarrollada a puerta cerrada, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pidió a sus pares tomar acciones para afrontar de manera conjunta la caída de los precios del petróleo.
Para ello aconsejó elegir y ejecutar proyectos comunes. "En la actual coyuntura de crisis internacional, con la caída del precio de las materias primas y, principalmente del petróleo, el desafío del desarrollo es todavía mayor", declaró Rousseff en un documento entregado al término de la reunión.
Los mandatarios participaron de una ceremonia de inauguración del flamante edificio, en la que se inauguró además una estatua del fallecido presidente argentino Néstor Kirchner, primer secretario general de la Unasur, una obra donada por el gobierno argentino.
La estatua de cobre muestra de pie al fallecido mandatario argentino, que extiende su mano en un ademán e invitación a seguir, a avanzar.
"Hoy estamos inaugurando un magnífico edifico", dijo la presidenta argentina Cristina Fernández, viuda de Kirchner, al intervenir en la ceremonia.
Recordó que esta obra tuvo una construcción previa, "la construcción de hombre y mujeres que elegidos democráticamente por sus pueblos decidieron una construcción diferente a las distintas organizaciones regionales".
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró un día histórico la inauguración formal del edificio, que su gobierno entregó a la organización regional. La obra tuvo un costo de 43 millones de dólares, que asumió el gobierno ecuatoriano, mientras que el mantenimiento posterior, con una planta de 52 empleados, será asumido por los países miembros.
Tras la cumbre presidencial de la Unión, desarrollada en uno de los flamantes salones del edificio, el mandatario ecuatoriano cerró los actos programados en los últimos días en Quito y Guayaquil pidiendo a sus colegas no perder más tiempo para alcanzar la integración.
"Este es un día histórico para el planeta y el mundo entero", agregó, y recordó a los mandatarios que "no tenemos derecho a fallar" en la continuación de las luchas emprendidas.
En esta cumbre, que comenzó el jueves, se plantearon las iniciativas de instaurar una ciudadanía común y el pasaporte suramericano, que fueron aprobadas por el Consejo de Cancilleres en su reunión de Guayaquil, según anuncio el secretario del organismo, Ernesto Samper.
La nueva sede
Este viernes la Unasur puso en marcha las operaciones de su nueva sede, el edificio "Néstor Kirchner", enclavado en un área rural de Quito, a pocos metros de donde atraviesa la línea ecuatorial.
Trabajadores que laboraron durante dos años en la construcción de la nueva sede cortaron la cinta inaugural del edificio y escolares de la zona entregaron pedazos de ella a los mandatarios de la Unión que asistieron a este acto.
La sede de la Unasur es un edificio de arquitectura futurista, de cinco plantas y dos subsuelos. Tiene 20.000 metros cuadrados de construcción y cuenta con amplios espacios exteriores con graderíos y fuentes de aguas.
En la ceremonia estuvieron presentes la mayoría de los mandatarios de los doce países miembros: Rousseff, de Brasil; Fernández, de Argentina; Nicolás Maduro, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; Juan Manuel Santos, de Colombia; Horacio Cartes, de Paraguay; Dési Boutese de Surinam; el primer ministro de Guyana, Sam Hinds y el anfitrión Correa.
No pudieron asistir a Quito por diversos motivos, aunque concurrieron a las ceremonias previas en la ciudad de Guayaquil, los presidentes de Perú, Ollanta Humala; de Uruguay, José Mujica y la mandataria chilena, Michelle Bachelet. Sus cancilleres y embajadores quedaron en su representación.
