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El tenor de la leyenda

Ha partido uno de los más grandes artistas de la lírica mundial del siglo XX. A los 71 años falleció en su villa de Modena Luciano Pavarotti, la voz que traspasó las fronteras de los mundos de la ópera y la música popular. “Era el tenor que cualquier soprano del siglo XIX hubiera querido tener a su lado”, Se dijo de él. Sepa por qué.

06 de Septiembre de 2007 | 12:38 |

Todo ocurrió en un breve lapso. En julio del año pasado fue intervenido en Nueva York, en agosto de este años fue examinado y tratado en Modena, en septiembre figuraba dado de alta en su casa y pocos días después su salud empeoró. Ayer por la tarde las agencias de noticias comenzaron a despachar informaciones alertantes sobre la salud del tenor. Había perdido la conciencia y sus riñones dejado de funcionar.

A las las cinco de la mañana en Italia (23:00 horas de ayer en Chile) Luciano Pavarotti falleció en su villa de Santa María de Mugnano, ubicada en las afueras de Módena, la ciudad de la región de Emilia Romagna. Tenía 71 años y una historia que lo hará recordable.

“El maestro ha combatido una dura batalla contra el cáncer de páncreas que al final le ha quitado la vida. Hasta el último momento de su vida mantuvo la actitud positiva que caracterizó su vida y su trabajo", manifestó Terri Robson, agente de Pavarotti. En el momento de la muerte, estaban a su lado su esposa, Nicoletta Mantovani, las hijas Lorenza, Cristina y Giuliana (nacidas de su primer matrimonio con Adua Veroni) y la pequeña Alice, de cuatro años, fruto de su unión con Nicoletta.

Su peso en el mundo

"Fui un hombre feliz y afortunado hasta los 65 años. Ahora estoy pagando el precio de esa fortuna y felicidad", fueron las declaraciones que en agosto de 2006 hizo al Corriere de la Sera el tenor italiano Luciano Pavarotti. Ya entregado entonces a la lucha contra el cáncer que lo atacó en los últimos años, Pavarotti sigue siendo el más célebre de los tenores de su tiempo, con un nombre que no sólo inscribió en el mundo de la ópera, sino que también proyectó hacia los dominios de la música popular, la categoría de superventas y la fama mundial.

Luciano Pavarotti nació en la ciudad de Modena, el 12 de octubre de 1935, y vivió sus inicios musicales en el coro de la ciudad junto a su padre, Fernando Pavarotti, también cantante. A los 25 años hizo su debut en la ópera, el 29 de abril de 1961 y con el rol de Rodolfo en La boheme. En 1962 daba sus primeras actuaciones con la ópera Rigoletto, en Palermo, y después de causar impresión en la escena lírica italiana debutó a nivel internacional con una versión de La traviata, en Belgrado (ex Yugoslavia, actual Serbia).

Según su biografía oficial, Pavarotti ha desempeñado los roles de tenor en las óperas Aida, La boheme, L’elisir d’amore, La traviata, Madama Butterfly, Manon Lescaut, I pagliacci, Rigoletto, Rosca y Turandot, entre otras. En ellas ha cantado con Montserrat Caballé, José Carreras, Plácido Domingo, Kiri Te Kanawa o Renata Scotto, bajo las órdenes de directores como Leonard Berstein, Herbert Von Karajan y Zubin Mehta, y ha actuado en la Metropolitan Opera (Nueva York), la Scala (Milan), el Teatro Colón (Buenos Aires) y las Opera Houses de Chicago, Hamburgo, Madrid, Roma, Salzburgo o Zurich. En 1996, con motivo de sus 25 años de carrera, presentó actuaciones de gala de La Bohéme y cantó en Beijing, China.

Pavarotti, estrella pop

Pero los dominios del tenor italiano sobrepasan la ópera. Su discografía incluye recitales, colecciones de arias, canciones napolitanas y hasta música navideña. Su álbum The essential Pavarotti (1990) fue el primer disco clásico en alcanzar el tope de las listas pop de Inglaterra. Ya en 1993 creó su concierto anual "Pavarotti and friends" en su natal Módena, por donde desfilaron cantantes pop italianos como Eros Ramazzotti, Laura Pausini, Zucchero o Lucio Dalla y de todo el mundo como Liza Minnelli, Tom Jones, James Brown, Stevie Wonder, Eric Clapton, Joe Cocker, Elton John, Celine Dion, Brian Eno, Gloria Estefan, Enrique Iglesias, Grace Jones, George Michael, Spice Girls, Sting o Bon Jovi.

En 1998 ganó un premio Grammy en la categoría Legend award, y entre sus actuaciones más masivas se ha presentado en el Madison Square Garden y el estadio de Wembley, cantó en el londinense Hyde Park de Londres en una jornada de lluvia ante 150 mil personas, en la torre Eiffel de París para más de 300 mil personas y ante medio millón de personas en el Central Park de Nueva York, en junio de 1993. De la ópera se despidió para siempre en marzo de 2004, cuando hizo por última vez su rol en Tosca en el ópera en el New York Metropolitan Opera House, y la crítica acusó el desgaste de su voz. Luego anunció una gira mundial de despedida de cuarenta fechas, y su última presentación en vivo ocurrió en la apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, en febrero de 2007.

Pavarotti se casó en diciembre de 2003 con su compañera de años, Nicoletta Mantovani, con quien tiene una hija, Alice, y ambas han sido su última compañía, de vuelta en su casa de Módena y definitivamente retirado de los escenarios este año, con la marca de ser el cantante de ópera que más discos ha vendido en el mundo. "Me realimento recordando mi infancia, cuando fui pobre, pero feliz", dijo además en ese diálogo con el periódico italiano. "Soy optimista, lo seré hasta la muerte, y eso lo heredé de mis padres".

Sus triunfos magistrales

Edgardo, “Lucia di Lammermoor” (Donizetti):
Pavarotti debutó en Estados Unidos en 1965 junto a la soprano Joan Sutherland en una producción de “Lucia di Lammermoor”. Esta obra marcó el inicio de lo que sería su historia conjunta, puesto que sus participaciones en “La Bohéme” en La Scala, San Francisco y Nueva York, la dupla terminó por conquistar al público alrededor del mundo. “Lucia di Lammermoor”, un drama trágico en dos actos, estableció también la jerarquía de Pavarotti a través de su escena final, que fue la favorita del tenor italiano durante muchos años. En 1967 la Rai consiguió reunir a tres de los intérpretes jóvenes más interesantes del momento (Pavarotti, Renata Scotto y Piero Cappuccilli) para grabar esta ópera. Ahí se escucha un arrebatador “Sulla tomba… verranno a te sull’aure”, donde un Pavarotti de 35 años, en palabras de Fernando Fraga, aporta “la voz de tenor que cualquier soprano del XIX quiere tener a su lado”.

Rodolfo, “La bohéme” (Puccini):
Su extraordinaria capacidad para los agudos le creó una falsa fama, la de tenor de los “Do” agudos. Esto llevó a cierto público a esperar las secuencias donde el tenor los  abordaba sin el menor asomo de dificultad, aunque sin gozar lo suficiente del resto de su presentación. Rodolfo, el protagonista de “La bohéme” de Giaccomo Puccini, dirigida por Herbert von Barajan, fue su primer y resonante éxito internacional, marcando un verdadero hito en su versión junto a Mirella Freni. Sus arias y dúos, y sobre todo su llamado postrero a Mimí al final de la ópera son difíciles de olvidar, pues a lo largo de la ópera Pavarotti había creado una progresión dramática conmovedora y poderosa.

Nemorino, “El elixir del amor” (Donizetti):
Pavarotti tuvo un excelente acercamiento a los roles cómicos, dando un ajustado perfilal inocente Nemorino de “El elixir de amor” de Gaetano Donizetti. Con este papel cosechó triunfos en el Metropolitan de Nueva York, aunque que se vio amenazado cuando hace pocos años se vio obligado a cancelar funciones en ese mismo teatro por razones de salud, frustrando a un público que deseaba disfrutar una vez más del aria “Una furtiva lágrima”, que casi identifica esta ópera.

Calaf, “Turandot” (Puccini):
Lo que sin duda tiene un conocimiento universal es su grabación de “Nessun Dorma”, aria de “Turandot” de Puccini, que llegó a convertirse en su carta de presentación para los no iniciados. El rol del príncipe Calaf que logra enamorar a la esquiva, vengativa y sangrienta princesa Turandot, lo enfrenta en un momento en que el color de su voz, empieza a perder en cierto grado su brillantez, lo que en absoluto resta calidad a sus interpretaciones.

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