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Greatest

02 de Diciembre de 2007 | 23:24 |
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Este CD es la reedición de un disco de grandes éxitos lanzado en plena era del vinilo, el doble LP Greatest (1979), que se limita a registrar la época que los Bee Gees vivieron entre 1975 y 1979. Y "se limita" es un modo mezquino de decirlo, porque éste es el período de esplendor en que el trío de los hermanos australianos Barry, Robin y Maurice Gibb consagraron dos hitos en la historia del pop: descubrieron el falsete y entraron en la Onda Disco. Para entonces las voces masculinas agudas habían sido un recurso manejado en gloria y majestad por los Beach Boys, y era necesario agregarles algo para quedar en la historia. Los Bee Gees supieron qué agregar: vibrato. Falsete + vibrato = fiebre de toda una era por la noche.

Por esa razón es que no están aquí éxitos indudables pero tempranos del grupo, como "To love somebody" (1967), "Massachussetts" (1968), "I started a joke" (1968), "How can you mend a broken heart?" (1971) o "Run to me" (1972). Las cosas empiezan a cambiar para los Gibb con su LP Main course (1975), donde, dos años antes de la entrada en acción de Travolta, preestrenan la fiebre en "Jive talkin" y su interludio instrumental más famoso que cualquier verso. Un año más tarde, en Children of the world (1976) graban "You should be dancing" y "Love so right", y en el disco y la película Saturday night fever (1977) consagran el impacto mundial con "Stayin' alive", "Night fever", "More than a woman", "How deep is your love" y las ya conocidas "Jive talkin" y "You should be dancing".

Este compilado abarca hasta el LP siguiente, Spirits having flown (1979), que contiene desde la personal e insuperable explosión que Barry Gibb hace con la boca en "Tragedy" hasta las excelentes baladas "Too much heaven" y "Love you inside out", a tono con la auténtica invitación a abordar el Crucero del Amor que es "If I can't have you". Queda fuera "He’s a liar", del LP venidero, Living eye (1981), pero es sólo pérdida marginal. Greatest es sobre todo la verdad revelada sobre qué era hacer música bailable en la era disco: para bailar apretado, las orquestaciones de cuerdas de "How deep is your love" y los coros inolvidables de "Love so right" y "Too much heaven". Para saltar a la pista, un pulso sin prisa, el doble platillo de la batería en primer plano, un bajo perfecto, pinceladas de percusión latina –no por nada los Bee Gees grabaron buena parte de estos éxitos en estudios de Miami– y muchos violines y bronces. Así son "Staying alive", "Night fever", "More than a woman" o la increíble "Love you inside out", que desembocan en la velocidad algo mayor de "You should be dancing", la fiebre en su máxima temperatura. Greatest, un título tan manoseado por décadas, aquí es verdad: lo más grande.

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