LOS ANGELES.- Los guionistas de Hollywood en huelga comenzaron conversaciones con pequeños productores independientes que quieren romper con los grandes estudios, con los que los escritores no han llegado a un acuerdo, informó el sindicato.
Pero en una señal de que el nuevo plan podría no ser efectivo, John Bowman, líder del grupo negociador del Sindicato de Escritores de Estados Unidos, reconoció que las conversaciones individuales, en vez de colectivas, quizá dividirían a los miembros de la unión.
"La semana próxima tendré algo para anunciar, pero lo difícil es si afectará nuestra solidaridad", dijo Bowman en una conferencia de prensa sobre los efectos económicos de la huelga. "Son pequeñas compañías, pero necesitamos una masa crítica. Si logramos eso, entonces es algo que podremos llevar adelante. No puedo dar detalles", añadió.
Una de las compañías que ha hecho público su interés en un acuerdo por separado es Worldwide Pants, la productora independiente propiedad del presentador de televisión David Letterman, cuyo programa se está repitiendo desde que comenzó la huelga el 5 de noviembre.
Su compañía busca un "acuerdo provisorio" con el sindicato (WGA) que permita al programa de Letterman y a otro show de la cadena CBS producido por Worldwide Pants, "The Late Late Show with Craig Ferguson", regresar al aire con todos sus empleados.
El productor ejecutivo de Letterman, Rob Burnett, dijo que las charlas con la WGA están previstas para el viernes.
La WGA anunció su intención de buscar acuerdos con varias partes luego de que las conversaciones con el brazo negociador de los estudios, la Alianza de Productores de Cine y Televisión, que representa a unas 350 compañías, entre ellas a los grandes conglomerados como Walt Disney Co., CBS Corp y NBC Universal, llegaron a un punto muerto.
Los principales ejecutivos de ocho de las mayores compañías respondieron pidiendo que se mantenga un frente unido y acusaron a los líderes sindicales de "aferrarse desesperadamente a una esperanza".
La última ronda de negociaciones entre ambas partes fracasó el 7 de diciembre cuando los estudios demandaron que los escritores dejaran a un lado media docena de las propuestas de la WGA, y los negociadores sindicales se rehusaron.
El principal punto de fricción en la huelga ha sido el desacuerdo sobre cómo debería pagarse a los escritores cuando se distribuye su trabajo en internet.
