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La soledad del corredor de fondo

Fue parte de la primera Regia Orquesta de "La negra Ester" en el '88. Tocó en el unplugged de Los Tres en el '95. Apareció en "Diarios de motocicleta" y ha actuado en al menos cinco grupos chilenos, pero sólo ahora Guillermo Aste hace su tarea más personal: su primer disco, Estatuas de sal. Y tenía harto guardado para decir.

11 de Abril de 2009 | 19:13 |

-¿Alguien se dio cuenta de que toqué trompeta? -pregunta Cuti Aste como al cierre de un gag entre las risas espontáneas del público, en medio del concierto de lanzamiento de su nuevo disco. Porque no: es bien posible que nadie se haya fijado en la trompeta, considerando que al mismo tiempo, a sus espaldas, una pareja audaz de trapecistas se ha descolgado desde el techo del teatro para agregar al concierto una cuota inquietante de acrobacia. Y sin red.

Es un efecto del espectáculo múltiple mostrado el 2 de abril último por Guillermo Cuti Aste para este lanzamiento, de parte de un hombre que desde sus inicios en obras como "La negra ester" (1988) se ha dedicado al pop, a las bandas sonoras para cine, a la música para teatro y TV y hasta a la comedia. Aste maneja distintos niveles del espectáculo para el estreno de Estatuas de sal, su debut como solista tras una historia ligada a grupos como Javiera & los Imposibles, Los Tres, La Chimuchina, los Mismos, Electrodomésticos o Hermanos Martínez Internacional. Y "niveles" es literal, entre sus músicos y bailarinas a ras de suelo y la coreografía aérea de los trapecistas.

-Hubo muchas disciplinas autónomas interactuando y me sorprendieron -recuerda ahora a propósito del lanzamiento-. La coreografía completa la vi recién ahora en YouTube, que algunos cabros la han subido por Facebook. Pero yo mientras cantaba veía que todos los ojitos del público miraban para atrás. Y algunos testigos afirman un pie (de la trapecista) pasó a centímetros de mi oreja. Pero parece que fue un juego visual, no pasó tan cerca.

-¿Viene de tu formación teatral hacer un show bien escénico?
-Siempre pensé que en la canción "Frívolas" (el primer single del disco) tenía que haber coreografías. De hecho cuando la hice, con unas amigas actrices (Paula Bravo, Javiera Hernández, Tamara Tello), siempre me las imaginé haciendo alguna cosa teatral, como en "West Side story". Al final se resolvió con la coreografía de un grupo de bailarinas, y bailarinas clásicas. No como las que aparecen en "SQP", que porque se menean les dicen bailarinas. No: estas chiquillas estuvieron desde los siete años levantando la patita en la Universidad de Chile para aprender a ser bailarinas. Y se notó en el rigor y el buen gusto que primaron, por sobre estar mostrando presas, sobre todo presas plásticas o partes agregadas por la ciencia, digamos. Porque las chiquillas son todas natiurales.


Concepción, onda corta y Radio Moscú


-¿También de ahí viene establecer los diálogos con el público? ¿Es medio de comediante eso?
-Le di vuelta a lo de explicar algunas canciones, y por suerte tuve una iluminación la noche anterior y dije "No: cuando uno se pone a explicar la canción…", a menos que uno se dedique a la canción política. En mi caso prefería mantener el misterio y tratar de no decir mucho.

La excepción es "El fondo del mar", que Cuti Aste presentó con la frase "esta canción está dedicada a todos los que han sido tragados por el mar", recuerda. "Pero podría haber sido más larga la frase. Podría haber dicho Pero no sólo Arturo Prat, sino que los otros que murieron también en la Esmeralda sin haber sido marinos, y ahí ya me hubiera metido en un terreno mucho más evidente de denunciar el secuestro y la desaparición de gente en el busque escuela. Yo no entiendo por qué hasta el día de hoy nadie en Chile ha investigado la posible participación de la Compañía Sudamericana de Vapores en la desaparición de gente", conjetura. "No lo he visto ni en el Clinic".

La agenda de asuntos públicos que interesan a Cuti Aste no se detiene ahí, y de hecho se remonta a los días de infancia y juventud en su casa familiar en Concepción. El músico es hijo de Guillermo Aste, tradicional político y ex alcalde de esa ciudad, quien murió en mayo de 2007 y a cuya memoria está dedicado Estatuas de sal.

-Mi papá era político, demócrata cristiano, no era revolucionario ni mucho menos, pero era de los demócrata cristianos antiguos, que tenían un sentido valórico inquebrantable. En mi casa había una radio enorme, radio y tocadisco en uno, que tenía onda corta, y escuchaba en Radio Moscú que contaban que en Parral había un enclave alemán donde se torturaba a la gente con perros pastores. Más de una vez escuché que a Frei Montalva lo habían envenenado. Me extrañó que Eduardo (Frei) hijo no abriera la boca en seis años, siendo Presidente. Era época de transición todavía, si es que no lo es hasta el día de hoy. También declaró secreto de Estado el caso de los pinocheques, y yo no sé qué le habrá dicho Pinochet a Eduardo Frei, que ahora es nuestro candidato, para que hiciera eso. Al final el caso se supo por el banco Riggs, o por Baltazar Garzón, estos españoles que después de matar ochenta millones de indígenas se creen con la capacidad de venir a juzgar lo que sucede en otros países del mundo, pero igual bienvenida la actitud de Garzón -dice, de corrido.

-Interesante que menciones todo esto a partir de una canción en la que justamente no querías explicar.
-Es que la canción ("El fondo del mar") quedó bastante velada. Si uno la escucha puede ser cualquier persona que muere ahogada. Dice "A madrugar, a navegar, me llevarán"… y yo buscaba la palabra que rimara: "al fondo del mar". Pensé en una metáfora de marinos, de un amor en cada puerto, como dice "La negra Ester". Ahí supe que esa imagen tenía que ver con los arrojados al mar en helicópteros, en barcos. Pero el coro final dice "Seré amante de las sirenas / Me tragarán las ballenas / Llegaré hasta lo profundo / al mismo fin de este mundo". Me fui en una cosa mucho más onírica, casi como el cuento de Jonás o de Pinocho, donde se repite esa cosa bíblica del tipo al que se traga la ballena.

-¿Fue la opción de hacer una canción no explícita?
-Sí, pero no fue un control como del piloto sobre su nave. En el juego de palabras aparecían contenidos no conscientes. Yo quería hacer un disco de canciones de amor, pero al final hay canciones de más rabia. La misma "Frívolas", con toda la crítica a la farándula, fue apareciendo de improvisaciones, de ir editando las palabras.

-¿Tenían que ser todas esdrújulas?
-Sí, eso sí fue condicionado. Quería tomar un estilo de canto que era la canción esdrújula del siglo diecinueve o comienzos del siglo veinte, que la Violeta Parra recopiló en algún minuto (en la canción "Mazúrquica modérnica"). Es preciosa esa canción.


Aste denso: Es la rabia que me da


-¿Esa canción también perdería filo si explicaras "Es contra la farándula"?
-Pero es más que eso. A mí se me produjo un desfase. Me puse poco a poco cada vez más denso desde fines de los '90. Y me sentí cada vez más separado de mis amigos, porque nadie quería hablar de lo que estaba a punto de pasarle al mundo en términos ecológicos, políticos y un montón de otras cosas. Entonces dije "ya, voy a ser sociable de nuevo". Y logré, fíjate, sacarme de encima esta pedantería aparente de querer hablar cosas con contenido. Hasta que de repente, bum, el 2001: caen las Torres Gemelas y todo el mundo empieza a hablar de Estados Unidos, de los musulmanes.

-¿Ahí tus amigos se pusieron serios?
-Pero les duró dos meses. Y yo entiendo que la gente tiene problemas, que quiere salir a divertirse y hablar de cosas livianas, pero Chile es el país menos enterado que existe de lo que sucede en el mundo. En Europa la juventud se está tomando una cerveza en un bar, pero están hablando de Norcorea y del misil que lanzaron o que no lanzaron. Deben estar ellos hablando mucho más de Fujimori que nosotros, que lo tenemos aquí de vecino y lo tuvimos alojado durante meses. Nosotros tenemos que ver con el norteamericano medio, que es un huevón que no sabe de nada. Yo no soy de aquellos que odian la cultura americana: todo lo contrario. La música, la moda, el cine, la literatura y cuánta otra cosa hay, pero el norteamericano medio es un tipo que no sabe nada de nada. El mismo Bush preguntó si Brasil quedaba Sudamérica o en África, pues.

-¿Entonces "Frívola" es una respuesta a eso?
-Claro, esa canción es la rabia que me da… Mira, el coro dice "Y ya verás / Como va estar todo muy bien / Serás igual / Sólo uno más". En la medida en que eres simpático y ameno te aceptarán en los grupos y dejas de ser un bicho raro. Pero yo siempre he sido bastante desaptado. Quizás tengo algo de simpático y no me cuesta entrar a los grupos. Pero una vez que entro y me preguntan mi opinión, como que se ríen, "ay, este tipo, qué raro es, parece que tiene problemas". Paso a ser un desadaptado, porque no puedo ser sencillamente simpático con las chiquillas, con los chiquillos…

-Pero eso no se nota mucho. Uno te ve en las páginas sociales, por ejemplo, con niñas...
-Es que tengo ese lado, me gusta. Pero sobre todo en los últimos años no he salido mucho.

-Ah, son fotos viejas entonces.
-Son viejas. La otra vez fui a una cuestión de Levi's y ahí me tomaron una foto… Pero claro, (el otro) es un lado entre secreto y oculto, que conocen sólo mis amigos más íntimos, como Silvio Paredes (integrante de los Mismos), con quien siempre estamos intercambiando información. Bueno, tampoco me conviene tanto andar vociferando…

-Pero tampoco uno puede autocensurarse.
-Tanto no.

-De hecho una canción como "Frívolas" habla de la tele, donde has trabajado por años, como músico. ¿De ahí viene tu autoridad para hacer una canción así?
-Ah, claro… no lo había mirado desde ese punto de vista. Pero no, me puse en la posición de un chileno cualquiera.

-¿No necesitaste echar mano a tu experiencia profesional?
-No es necesario. Basta ver un capítulo de esos programas de mediodía y uno sabe de qué se trata. Eres un experto. En un día.

-¿Tenías todas estas cosas guardadas, recién ahora era el momento de hacer tu disco?
-Claro, es que también tenían que ocurrir otros procesos. Tenía que aprender a cantar, cosa que estoy recién haciendo. Me empezó a gustar mi voz, antes no me gustaba tanto. Por ahí por el 2003 o 2004 hice unas canciones y eran bien enredadas, no me gustaron tanto. Las de ahora me encantaron -distingue. Una sola de las canciones de Estatuas de sal viene de antes. Es "Y esperaré", grabada en el primer disco de Javiera & los Imposibles, Corte en trámite (1995).

-De hecho ella (Javiera Parra) me dijo "Pero si esa canción es mía". Y yo le dije "Sí, yo te la escribí a ti"…

-¿Un tira y afloja?
-No, en talla. La Javi me ha ayudado un montón, no me ha puesto ningún problema. De hecho hasta los músicos se los pedí prestados (son el guitarrista Cristián López, el bajista Roberto Otto Arancibia y el baterista Marcelo Filippi).

-Le desmantelaste el grupo.
-No, pero seguimos juntos, y yo estoy tocando con ella también.

-¿Vas a seguir dando conciertos con trapecistas y bailarines?
-Depende de los lugares. Quiero tocar en todos los lugares de Santiago, pero sobre todo me gustaría repetir el lanzamiento en Concepción -dice: la Sala dos del Teatro Concepción es candidata-. Me encantaría ir a Conce.

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