EMOLTV

Cristián Jiménez y sus "Ilusiones ópticas": "Me interesaba hablar de un sur moderno"

La particular mirada del realizador valdiviano sobre su ciudad tuvo un debut en familia, pero este martes, con diccionario en mano, estará en Japón para presentarla en el Festival de Tokio.

18 de Octubre de 2009 | 10:15 | Felipe Vásquez, El Mercurio Online
imagen

Cristián Jiménez abrió el festival de cine de Valdivia con su primer largometraje.

La Segunda

VALDIVIA.- Desde las calmas aguas del Calle a Calle, hasta los rascacielos de Tokio. Si bien el cambio es radical, el director Cristián Jiménez se ha empeñado en convencer que la modernidad está en todas partes y no sólo en las metrópolis. De hecho la hay en la ciudad en la que nació, Valdivia, donde tuvo el placer de abrir el festival con su primer largometraje: "Ilusiones ópticas".


Este martes su película tendrá su primera proyección en Japón, donde participa en la Competencia Oficial del Festival de Cine de Tokio, una instancia en la que espera hablar con el mismo idioma cinematográfico que le reportó calurosos aplausos en su presentación en casa.


El humor negro, el detallismo visual y su particular mirada a la "intromisión" moderna en provincia, son parte del relato que ofrece en este largometraje, el primero al que da luz en la pantalla grande.


Siendo una película totalmente valdiviana, ¿fue la ciudad la que inspiró el guión o el guión te llevó a filmarla en tu ciudad?
Desde antes que existiera una historia, cuando esto era solamente una idea, ya era una sensación de que era en Valdivia. Yo había observado cosas que estaban también ocurriendo en Santiago y que tienen que ver con estos cambios que van ocurriendo, y que de repente llevan a situaciones surrealistas. En Valdivia era un poco más patente. El lugar donde estamos en esta entrevista (el piso 12 del nuevo hotel Dreams Pedro de Valdivia), es un ejemplo de lo que estoy hablando en mi película. Si ves lo que hay alrededor de esto, no está muy integrado. Si salimos y miramos hacia acá, igual es aberrante. Si bien la película podría leerse como una crítica o que surge del pesimismo, también surge de la fascinación. Estas cosas que están ocurriendo me despiertan la curiosidad y no tiene sentido plantearse frente a ellas desde una posición puramente negativa.


-¿Cómo fue entonces incluir en el proceso de guión a Alicia Scherson, que no es precisamente de Valdivia, sino santiaguina?
Con Alicia somos amigos desde bastante tiempo. Nos conocimos en la universidad: ella estudiaba biología y yo sociología. Tenemos harta afinidad personal, compartimos un cierto sentido del humor, nos gustan muchas películas parecidas. Cuando empecé a escribir un primer tratamiento, que contenía las principales historias y personajes, empecé a colaborar con ella para darle más estructura a este relato. En ese momento ella ya había hecho "Play" y tenía más experiencia que yo. Me parecía que valía la pena colaborar y fue una experiencia muy agradable. Digamos que fue una idea original mía, pero su materialización la trabajamos juntos.


-¿Crees que hay cierta estigmatización hacia las provincias, tanto de personajes como locaciones, siempre rurales?
Yo creo que en general en los medios y particularmente en la televisión, siempre se juega con cierto cliché del campesino, que no tiene mucho que ver con lo que es la vida en provincia hoy en día. Hay películas como "Huacho", sobre los campesinos de Chillán, que es un registro más realista y se aleja del cliché. Yo creo que mi película hace lo mismo, a su manera, es un registro tal vez más artificial. A mí me interesaba hablar de un sur moderno y urbano.


-En la película se nota una selección con lupa de los personajes secundarios, algo no siempre habitual en el cine chileno. ¿Fue exhaustivo el proceso de casting?
En el proceso de ir diseñando la profundidad de los planos, se desató en mi una creciente obsesión. Eso incluía elegir a los personajes secundarios con harta precisión, elegir sus acciones y convertirlos en parte de los encuadres, a pesar de que típicamente la gente que está en ese nivel del encuadre a ese nivel es sólo gente que camina o relleno, son "background action" que no hacen nada que tenga mucho sentido en términos narrativos. Me interesaba que se insinuara que siempre había algo detrás. Para mi Jacques Tati es un referente importante en esta película. Cuando yo era chico, en mi casa había colgado un cuadro de Brueghel que se llama "Los refranes holandeses". Es un cuadro que tiene muchas escenas en simultáneo y creo que hay claramente un tip con eso. No es que esté poniendo todo el rato eso, pero es un sello de la película, espero. El cine más estándar tiende a la fragmentación. La política que yo tomé es mirar desde la globalidad, lo que te interroga sobre lo que quieres mirar.


-¿Cómo fue la recepción en el estreno en el Festival de San Sebastián?
Muy cálida. Me tocaron funciones grandes, de unas 700 personas, cine lleno. Y la gente se reía mucho. Hubo harto interés e inquietud por una película que no respondía mucho a lo que típicamente este público estaba acostumbrado a recibir de países como Chile. Hubo buenas críticas, una súper buena en Variety.


En esa crítica que mencionas se dice que "en un mundo donde sólo las apariencias importan, es mejor ser ciego", aludiendo a uno de los personajes, ex no vidente. ¿Lo compartes?
No del todo. En parte la película sugiere eso, pero eso únicamente ve el aspecto negativo. La película tiene un punto en que se hace cómplice de las apariencias y que éstas son relevantes. El hecho que la gente esté en el outplacement se sienta más tranquila, significa que esa actitud es un mecanismo de funcionamiento es una manera de salir adelante. Quizás hay mecanismos de ese tipo operando todo el tiempo y no es enteramente negativo. Evidentemente hay una crítica, pero no creo que eso implique aniquilar de forma ciega las cosas que uno está observando.
 
Ahora la película va al Festival de Tokio. Es un cambio radical presentar la película "en casa" y en un par de días ir a Japón, con un ambiente y un público totalmente distinto.
Ahora voy a viajar. Está la actriz Paola Mattus, que va a participar en la ceremonia inaugural. Yo llego el lunes y el martes vamos a dar la primera función. Imagínate. Yo nunca he ido a Asia, pero mi corto "El tesoro de los caracoles", que también hice en Valdivia y quizás tiene cosas de "Ilusiones ópticas", se dio en el Festival de Cortos de Tokio y se  vendió a la televisión japonesa. Hay un antecedente de algo de lo que estoy haciendo que sintoniza con el público de Japón. Ahora es distinto, porque vamos al festival más importante de Asia y en competencia, con un jurado encabezado por (Alejandro) González Iñárritu. Es una súper buena oportunidad de abrirnos a un público en Japón, ojalá poder venderla allá. Lo que no quita que a mi lo que me importa más es lo que suceda en Chile. Es una película que está hecha para un público chileno.


-El cine chileno dejó atrás su etapa de consolidación en términos técnicos. ¿Crees que ahora se está puliendo en la elaboración de los guiones, lo que se refleja en la mayor presencia en festivales?
Estamos todos de acuerdo que se cumple un estándar técnico que antes no se cumplía del todo. Creo que hay mucha búsqueda artística, que tiene que ver no sólo con los guiones, también con las puestas en escena, con los estilos de actuación. Yo me siento parte de ese proceso. El hecho que las películas chilenas le estén dando bola afuera, no responde únicamente a que seamos una moda, sino que hay algo que genera ese interés.  Espero que esto sea el inicio, las bases de algo potente que venga más adelante. Yo tengo la esperanza de que las mejores películas chilenas todavía están por venir.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?