Nombre guerrero, apellido guerrillero

Ni se apellida Rodríguez ni se llama Lautaro, y tampoco está ni al lado de la idea de revelar su verdadero nombre. Lautaro Rodríguez se puso así por ese nombre guerrero y ese apellido guerrillero inscritos en la historia de Chile, y justo en los días en que cumple un año desde su inicio como cantante solista por distintos lugares de su natal región de Valparaíso ya tiene un disco que mostrar, como lo hará este sábado en Valparaíso.

El disco se llama De la fuerza y viene a sumarse al cancionero de solistas crecido en los últimos años en Chile, en una una enumeración que ya se hace masiva entre Chinoy, Kaskivano, Diego Peralta o el propio Lautaro Rodríguez en Valparaíso; Rocío Peña, Susana Lépez o Vasti Michel en Concepción y Matías Cena, Camila Moreno, Natalia Molina, Paz Quintana, Natalia Contesse, Sabina Odone, Daniela Conejero o los anteriores Javier Barría, Fernando Milagros, Nano Stern, Felipe Cadenasso, Manuel García o Leo Quinteros en Santiago.

Aunque la de este sábado será una de las primeras actuaciones de Rodríguez al frente de su propio grupo. "Hasta hace como dos tocatas atrás he estado tocando en formato acústico con guitarra y voz, pero como el disco necesitaba más sonidos y arreglos, caché que era buena propuesta hacerlo con formato banda", explica por teléfono desde Villa Alemana. Esos músicos son Javier Hatte (guitarra), Darío Venegas (bajo) y Sebastián Valdovinos (batería). Y el disco, grabado junto al productor Mowat, fue publicado el 28 de septiembre y puesto a libre disposición para su descarga desde Internet.

-Nos ha ido re bien con esa cuestión, es un tema que me impresionó harto. Muy poca gente me conoce, esperaba unas ciento veinte descargas y me daba por satisfecho, y hemos llegado a las ochocientas hace dos semanas -dice el cantante, que está en un segundo retorno en su historia-. En el último tiempo dejé botada la música. Pasaron como cinco años. Pero el que nace chicharra muere cantando.
 
Postpank
 
Antes Lautaro Rodríguez había tocado rock. Hacia 2001 formó el grupo de funk y pachanga Niño Problema, hoy con el cantante Jalea al frente. Luego fue baterista en la banda punk rock Chanteclair Z, que duró unas tres semanas según él mismo estima; y fue cantante y guitarrista en el grupo Motozorro. Hasta que en 2008 debutó como solista.

-Todavía me acuerdo de la fecha. El 8 de noviembre del año pasado en el Teatro Mauri -dice, a propósito de un concierto en ese teatro porteño junto a los músicos Versus Sentidos y Caraminda. La segunda vez, en el mismo año, fue en Santiago, en la Sala Master de la Radio Universidad de Chile, junto al músico Noestiyei, alias de Juan Pablo Torres.

Así las canciones de De la fuerza tiene distinta data. "Casicasi" proviene del tiempo punk previo. "To start" viene del momento previo a su reaparición como solista, hecha en un computador. "Altiplanos", que funciona como el primer single del disco, fue escrita unas dos semanas antes de grabar. Todas sin embargo tienen un gusto común por la melodía fácil de aprender y de cantar.

-Es que creo que se me da bien natural, no hacer cosas tan complejas, pero también creo que es bueno que sea así. La música tiene que ser algo cercano a las personas, no algo que uno tenga que pasar por la universidad para descifrarlo. El alma de la música es unir a las personas y hacer cosas simples.

-¿Por qué elegiste la canción "De la fuerza" para titular el disco, es más importante?
-No sé si es la más importante, pero es la que mejor representaba el espíritu de hacer este disco.

-¿Cuál?
-Te explico: el estudio donde grabé lo hizo un amigo a puro ñeque de pegas y no me cobró por grabar, así aprendimos juntos. Después conocí a Mowat, me fue a ver (a la actuación en la Sala Master) y se quiso unir. Ha sido una serie de muestras de una energía que hay que poner a las cosas. Por eso se llama De la fuerza. De la fuerza con que las cosas se pueden hacer, no tienes que tener una suma determinada ni conocer a gente ni tener mucho dinero. Si lo quieres hacer, hazlo.

-Eso es justo ese lema que dice "Hazlo tú mismo".
-Ah, no lo dije por eso, pero si te sirve ponlo, en el fondo es lo que pienso. La gente se pone muchas barreras, y son excusas para no hacer las cosas. Si quieres hacer algo tienes que hacerlo.

-¿Pero no significa que no haya que tener recursos para hacer música?
-Es que las cosas se mueven en otro plan. A ver, la música es una cuestión que uno lleva en el alma, pero yo creo que lo mejor es ganarse la vida haciendo lo que más te gusta y te nace. Esos mismos cinco años que dejé de tocar fueron terribles. Estaba siendo una persona que nunca había querido ser.

-El disco fue grabado en Quilpué. ¿Cuánto incide el lugar, el paisaje, las personas, en la música?
-Antes de grabar yo decía que el lugar daba lo mismo. De hecho pensaba que mientras menos bonito fuera el lugar mejor iba a quedar el disco, porque tendría menos factores distractores. Pero el estudio está al frente del zoológico de Quilpué, es hermoso, es una masa verde y está en una casa súper antigua, con una onda muy chacal, y eso ayudó caleta a plasmar mejor el disco. De repente algunas sesiones las hicmos afuera. Y como estaba al frente del zoológico muchas tomas tuvimos que pararlas porque el león se ponía a rugir.

-Qué real.
-Sí, pero costaba mucho editar después el sonido, así que era mejor grabar de nuevo.

-¿Pero no es mejor tener a un león de verdad invitado al disco?
-Pero es que a veces no tenía mucho que ver.

-¿Hubo otros ruidos animales? ¿Papagayos, monos?
-Hay un bicho que se llama ciervo rojo. Es un animal bien bonito, pero hace un ruido brutal.

-Estaba quedando como Pet sounds el disco. Ni siquiera, como Wild sounds.
-Sí, absolutamente Wild sounds. Se colaban todos los ruidos en la grabación.

-Grabaste en Quilpué, has estado en Valparaíso y Villa Alemana. ¿De dónde es Lautaro Rodríguez realmente?
-En general soy de toda la región, porque he vivido en todos lados, pero donde pasé por momentos más cuáticos fue en Villa Alemana, y de alguna manera uno queda amarrado a esos lugares. Entre los veinte y los veinticinco (años) andaba muy desordenado en la vida. Villa Alemana es muy rara y eso es lo que me gusta. Me acuerdo de un tiempo, del 2000 al 2005, en el centro de Villa Alemana había caleta de personajes que estaban locos, pero digamos clínicos, y me ponía a conversar con esos compadres. Hay uno mítico, el Loco Alex. Mítico. Aunque un amigo me decía que éramos nosotros los raros.

-¿Es como se supone que dijo el cantante de Grateful Dead, que no existe la música psicodélica, es uno el que está psicodélico cuando escucha?
-Claro. Yo creo que no estábamos locos, que era Villa Alemana. Es responsabilidad compartida. En todo caso no me arrepiento de haber pasado por esos estados. No hubiera podido comprender la música como la he ido comprendiendo ahora.