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Rolando Villazón abre un paréntesis lírico y graba disco con canciones populares mexicanas

El nuevo álbum lleva el determinante título de México: "Son las canciones con las que crecí y que canté con familiares y amigos en torno a una fogata", dice el tenor.

03 de Septiembre de 2010 | 09:14 | Emol
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La ruta lógica: antes de ser un cantante lírico, Villazón aprendió ''Cucurrucucú paloma''.

El Mercurio
LONDRES.- Se trata de una tradición tan antigua como el disco, que cuenta en sus filas a mitos como Enrico Caruso, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo. El mexicano Rolando Villazón siguió ahora los pasos de ese ilustre club y, como otros grandes tenores de la historia, publicó hoy un disco con canciones populares de su país.

"México" es el título sencillo y expresivo del nuevo álbum de Villazón, considerado uno de los mejores tenores del panorama lírico actual. "Simplemente sentí la necesidad de cantar las canciones con las que crecí, con las que fui educado, las canciones que canté con familiares y amigos en torno a una fogata", explicó.

También la que una noche, a las dos de la mañana, entonó con un grupo de mariachis bajo el balcón de su novia, con la que hoy está casado y vive en París, junto con dos hijos.

Viva la Revolución

La necesidad de ese regreso a la música patria encontró la excusa perfecta para plasmarse este año, cuando México celebra los 200 años de la independencia y los 100 de la Revolución Mexicana.

El tenor cuenta entonces la formidable fiesta que se organiza en su país cada 15 de septiembre, cuando la gente se vuelca a las calles y celebra la independencia. "Viva Zapata! Viva! Viva Hidalgo! Viva!", grita Villazón con la misma fuerza que tendría si estuviera entre una multitud en México D.F., aunque en realidad se encuentra en una sala de conferencias de un hotel en el barrio londinense de St. James.

Decir que Villazón "regresa" a la música de su juventud, sin embargo, puede inducir a error: el intenso tenor de 38 años, con rizos oscuros y mirada penetrante, asegura que en realidad nunca la abandonó.

"Siempre canto estas canciones", confiesa. A su mujer, a sus hijos, al lavar los platos, bajo la ducha. "Me encanta cantar y bailar en la ducha", dice sonriente, "hace un ruido formidable". Sólo al ir por la calle deja de cantar, pero sólo por timidez.

Villazón cree que un mexicano canta para dejar fluir sus sentimientos, no para cosechar reconocimiento o aplausos. Tampoco un artista debería estar buscando "gustar" a su público: "Como cantante debo seguir mi propia concepción de la música", subraya. "Si no, sería esclavo del público".

Este mito de la lírica contemporánea habla rápido, fuerte, sin detenerse a pensar demasiado. Sólo en un momento hace una pausa más prolongada: es al hablar de su voz.
El año pasado tuvo que operarse un quiste en las cuerdas vocales. Ya en 2006 se había visto obligado a interrumpir la temporada por otro problema con la voz.

"Mentiría si dijera que esta experiencia no me cambió", admite, pero aclara que sigue manejando su voz como antes de los problemas. "Lo que me ocurrió fue genético. No tuvo nada que ver con mi repertorio o con mi forma de cantar".

Pese a ello, Villazón se tomará ahora más tiempo entre sus representaciones. Si puede darse el lujo de descansar diez días entre ópera y ópera, ¿por qué no hacerlo? No se trata de cuidar la voz, asegura, sino de algo que ocupa un lugar aún más importante en su vida: leer, jugar con sus hijos o tomar un café con su mujer. La felicidad también es parte del canto, y ahora Villazón se confiesa feliz por poder volver a cantar.
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