Sabina da una muestra más de su pensamiento apoyando aquí la gran huelga que se espera en España para el 29 de septiembre.
El Mercurio
SEVILLA.- El rockero cantautor
Joaquín Sabina ha decidido, junto a otros artistas y representantes del mundo de la cultura española, defender la huelga general que los dos principales sindicatos de España han convocado el próximo 29 de septiembre contra la reforma laboral del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Sabina, el cantante
Miguel Ríos, los escritores
Almudena Grandes, Eduardo Medicutti y José Manuel Caballero Bonald, entre otros, se han adherido al Manifiesto de la Cultura y la Universidad andaluzas en apoyo del paro convocado por Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), informaron hoy medios españoles.
El manifiesto, que se presentará oficialmente el próximo 22 de septiembre en Sevilla, acusa al Ejecutivo socialista español de haber llegado a un "pacto con la derecha y los empresarios para imponer medidas de una agresiva orientación neoliberal".
Advierte además de que "la crisis económica depende de una crisis más amplia, política y cultural, que está negando la autoridad de los gobiernos y sometiendo la vida cotidiana a los códigos de la soledad, la desigualdad y la renuncia a la solidaridad".
La huelga es una "llamada a todos los ciudadanos dispuestos a manifestar su oposición a una Europa gobernada por mercaderes, sin lugar para la política y los espacios públicos del Estado", indica el manifiesto.
"Se trata de dejar oír nuestra voz contra los especuladores y sus cómplices y de levantar nuestra palabra contra los que quieren servirse del silencio para humillarnos y justificar sus negocios indecentes", señala el texto, al que también se han unido otros como los poetas Luis García Montero y Benjamín Prados.
El manifiesto y sus adhesiones se conocieron el mismo día en el que el Parlamento español aprobó definitivamente la controvertida reforma laboral impulsada por el Ejecutivo de Zapatero, una norma que hace más fácil para las empresas despedir a sus trabajadores. La aprobación de la nueva ley se produjo sólo con los votos del gobernante Partido Socialista (PSOE) y gracias a la abstención del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
