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"El discípulo", la novela de Missana que descubre el lado oscuro del mundo intelectual religioso

El autor chileno lanzó recientemente una historia inspirada en el hallazgo del "Evangelio secreto de Marcos". "Mi intención era escribir una novela ambientada en un campus en Estados Unidos, tomando esto como una disculpa argumental", cuenta el periodista.

09 de Febrero de 2014 | 14:21 | Por Francisca González Castillo, Emol

SANTIAGO.- Se podría decir que la nueva novela del escritor nacional Sergio Missana, "El discípulo", surgió de una anécdota. Hace unos años este periodista y doctor en literatura se enteró de la historia de Morton Smith, el profesor de la Universidad de Columbia que en 1958 descubrió unas cartas antiguas que hablaban del supuesto "Evangelio secreto de Marcos". Hasta hoy el hallazgo del erudito bíblico estadounidense está en tela de juicio, pues el libro que contenía la revelación se perdió y los estudios no prosperaron. Pero el episodio inspiró a Missana.

El autor inicia su quinta novela con la muerte de Oliver Ryan, profesor del departamento de estudios religiosos de una universidad de California y ex suegro de Sebastián Torres, el protagonista de su historia. Él es un periodista chileno radicado en Estados Unidos, donde cursa un doctorado en literatura. Está separado de una de las hijas de Ryan, Gwen, y tiene una relación sexual poco apropiada con su cuñada, Hayden. Tras el deceso del experto bíblico, el ayudante y discípulo de éste, Max Infante, alega autoridad sobre sus documentos, puesto que Ryan tenía en curso una investigación secreta que podía cambiar la historia del cristianismo.

"Está inspirada lejanamente en la historia de Morton Smith, en el sentido de que no se trata del mismo hallazgo. Sólo hay unos elementos muy anecdóticos en común. No lo trabajé a él como personaje. Cambié las fechas, e incluso cambié el contenido del descubrimiento. Pero era una anécdota que siempre me interesó en relación al problema de la falsificación. Mi intención era escribir una novela ambientada en un campus en Estados Unidos, tomando esto como una disculpa argumental", explica Missana al hablar de "El discípulo" (Seix Barral, $12.900).

El libro crea una atmósfera misteriosa en torno a la muerte y legado del experto en estudios religiosos. Dudas, sospechas y desconfianzas se entremezclan a través de sus personajes, los cuales no son simples. El más complejo de ellos es tal vez Max Infante, el discípulo que representa la ambición, "el elemento más trabajado en la novela", según su autor.

"Es un personaje ambicioso y se mueve llevado por eso hasta el punto de la autodestrucción", cuenta Missana, quien añade que este "discípulo" había establecido con su mentor una relación "que tiene una gran cantidad de capas y de complejidad", lo cual se va descubriendo poco a poco a medida que avanza el relato.

Aunque el narrador de la historia, Sebastián, tiene algunos puntos en común con Missana (ambos periodistas, ambos doctores de literatura en una universidad estadounidense, ambos casados con norteamericanas), el escritor que trabajó como redactor del Informe Retigg dice que no "hay un trabajo autobiográfico directo",  aunque es inevitable que como escritor plasme "experiencias personales, fragmentadas", como su relación con el mundo catedrático en el extranjero.

En la novela es esencial el lugar en que transcurren los hechos. El campus universitario es un elemento que influye en la percepción de los protagonistas y también de los lectores. "Me interesaba que el personaje se moviera en una situación de exilio, de desarraigo, de desconexión, y eso ocurre en estos espacios. Si uno viaja, si se va al extranjero, una universidad es un espacio relativamente cómodo para llegar, pero al mismo tiempo tienen ese elemento de un no lugar. Tiene algo de hotel, de aeropuerto. Es muy distinto a ir a una universidad acá, donde uno está anclado en una ciudad, en una cultura, con sus amigos, con todo. Allá la gran mayoría de la gente que conocí —y no es una experiencia solamente mía— tenía esa situación de estar flotando en un espacio interesante, pero raro", afirma el escritor.

La quinta novela de Missana —tras "El invasor" (1997), "Movimiento falso" (2000), "El día de los muertos" (2007) y "Las muertes paralelas" (2010)— no será la única que lance este año. También está preparando una nueva obra con una de sus hijas.

Esa faceta de autor infantil la descubrió tras el nacimiento de una de ellas, Maya, con quien estableció un lazo creativo que ya lleva tres historias publicadas. "Ha sido una evolución que se ha dado de forma súper espontánea y orgánica, no es lineal", cuenta sobre esa arista de su carrera como escritor, una que aliviana la complejidad de sus obras para adultos.

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