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Elena Poniatowska alza extenso discurso social al recibir el Premio Cervantes

La escritora mexicana recordó a los más desfavorecidos durante la gala en la que se le hizo entrega del prestigioso reconocimiento literario.

23 de Abril de 2014 | 09:06 | EFE
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Elena Poniatowska recibió el Premio Cervantes de manos del Rey.

EFE.

MADRID.- Con un discurso social la escritora mexicana Elena Poniatowska recibió hoy el Premio Cervantes de Literatura En España.


Un discurso reivindicativo y crítico con el poder pronunció la periodista de 82 años ante los Reyes de España y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entre otras autoridades.


La escritora reconoció que en una época como la actual, en la que el poder financiero "manda no sólo en México sino en el mundo", la escritora reconocía que los que se enfrentan a ese poder y "lo resisten, montados en Rocinante y seguidos por Sancho Panza, son cada vez menos", pero a ella le "enorgullece caminar al lado de los ilusos, los destartalados, los candorosos".


Fue un discurso con pocas referencias a Cervantes, aunque, como ella ha contado estos días, el primer borrador que hizo sí hablaba del Quijote y de las mujeres del escritor, pero le salió "horripilante de la patada" y decidió cambiarlo.


Apenas mencionaba de pasada a mujeres de Cervantes como Teresa Panza, Dulcinea del Toboso, Maritornes y la princesa Micomicona, pero sí hablaba de las tres escritoras que han ganado el Premio Cervantes antes que ella. Tres, frente a treinta y cinco hombres.


La española María Zambrano fue la primera en recibirlo en 1988. Cuatro años más tarde lo ganaría la cubana Dulce María Loynaz, y en 2010 la novelista española Ana María Matute.


Sus referencias a México, el país en el que vive desde los diez años y al que ha dedicado su obra, eran constantes en su intervención.


Tras vivir sus primeros diez años en París, Poniatowska llegó en 1942 a México en el Marqués de Comillas, el barco con el que Gilberto Bosques "salvó la vida de tantos republicanos (españoles) que se refugiaron en México".


"Las certezas de Francia y su afán por tener siempre la razón palidecieron al lado de la humildad de los mexicanos más pobres", decía la escritora antes de recordar que aprendió el español "en la calle, con los gritos de los pregoneros y con unas rondas que siempre se referían a la muerte".


Poniatowska dijo, además, que se considera "una Sancho Panza femenina", una escritora que "no puede hablar de molinos, porque ya no los hay, y en cambio lo hace de los andariegos comunes y corrientes que cargan su bolsa del mandado, su pico o su pala, duermen a la buena ventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan".

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