Fernando Lasalvia y estreno de su primera película: "Cuando la veo me siento en pelotas"

SANTIAGO.- A simple vista la ópera prima de Fernando Lasalvia, "El incontrolable mundo del azar", es una comedia . Una cinta liviana que cuenta tres historias: la de un niño que comienza a hablar alemán de un día para otro, la de un hombre estructurado que decide terminar con su rutina y al de un matrimonio de ancianos que no se habla debido a un incidente grave que se revela de a poco. Pero detrás de eso hay un discurso que va mucho más allá. Para el director, es una "fábula absurda" que deja al descubierto problemas de la idiosincrasia chilena, como el arribismo y el conformismo.

La base de cada historia se reestructura a lo largo del relato hasta puntos insospechados, que permiten a Lasalvia expresar sus críticas casi sin darse cuenta de ello. "Al ver a un niño hablando alemán, no te imaginas para dónde va la historia",  cuenta, "pero cuando escribo las cosas lo hago desde el subconsciente, y cuando las veo en el papel me doy cuenta  qué  es lo que estaba queriendo decir, y en este caso hablo del arribismo", dice el también líder de la banda Edgar Van De Wingard.

"La gracia que tiene el cine que me gusta desarrollar es que puede ser comedia, pero por debajo dice cosas súper feas y súper oscuras. Y que están metidas en nuestra sociedad", dice el  periodista que se hizo conocido por su rol como notero irreverente en "Caiga quien caiga".

La primera historia de Lasalvia sigue a Carlos Astudillo (Rodrigo Lisboa), un carpintero que, de pronto, descubre que su único hijo (Rafael Janssen) sólo habla alemán. Junto a su esposa, Cristina (Eliza Zulueta) no les queda más que asumir esa curiosa situación con una estrategia casi tan peculiar como el mismo problema. Ese relato da paso a la historia de Raúl Brito (Fernando Larraín), un ordenado oficinista que jamás rompe su  rutina, pero que un día decide improvisar. Luego se da paso al conflicto entre Margot (María Elena Duvauchelle) y Efraín Schuller (Nissim Sharim), un matrimonio de ancianos que apenas se habla pero que convive en la misma casa.

"Como sociedad (los chilenos) nos acostumbramos muy fácil a las cosas, a lo nuevo, a lo malo. Somos una sociedad que no reclama. Por eso cuando hay movimientos sociales, como ahora, se explota. Entonces creo que en ese sentido hay un arribismo que no es sólo material, es social. Y este arribismo provoca que la gente se acostumbre a las cosas, porque reclamar puede 'ser mal mirado'", explica Lasalvia.

Para este admirador de Woody Allen y los hermanos Coen,  la mejor manera de retratar los problemas sociales —el arribismo, en el caso del largometraje que estrenará este jueves— es desde el interior de las familias y las parejas. "El rollo familiar me interesa mucho. Y me pasa que cuando veo la película, me siento en pelotas en ese sentido. En pelotas con mi vida, con cosas que he visto. No sé si será biográfico lo que muestro, pero siento que estoy en pelotas en cuanto a lo que pienso, a lo que me ha pasado,  lo que he visto en gente cercana a mí. Porque está todo eso mezclado en la película", asegura.

Al director le gusta dejar al descubierto los defectos de la sociedad chilena y admira a los grandes cineastas extranjeros que "dejan en pelotas" a  sus propias culturas. El austriaco Michael Hanake es su estandarte.  

"En 'La cinta blanca' por ejemplo, se refleja la sociedad austriaco- alemana en un pueblo chico, en un ambiente íntimo", dice Lasalvia al recordar ese drama sobre una estricta comunidad en la que ocurren crudos hechos de violencia.  "Yo me río mucho con Haneke. 'La cinta blanca' la encuentro graciosísima", dice, para inmediatamente explicar que ese drama le causa gracia porque "Haneke tiene un humor que es tan políticamente incorrecto que a la gente le da miedo reírse, porque si te ríes de eso significa que eres una persona muy mala".

Mientras prepara el estreno de "El incontrolable mundo del azar", Lasalvia trabaja en la pre-producción de "Víctor", proyecto que inició mucho antes de escribir el guión de la cinta que debuta este jueves.

"Víctor Sigue el tema de la 'comedia seria' que me gusta desarrollar. A veces es más seria, a veces es más comedia.  Es básicamente la historia de un hombre que vive con ocho mujeres y no sabe cuál es la relación de pareja que está viviendo actualmente. No sabe porque se relaciona con parejas del pasado, del presente y del futuro. El tipo pasa a la cocina y se encuentra con una mujer, va al living y ve a otra, entonces está desesperado porque no sabe cuál es la relación real de ahora". Esa historia también estará protagonizada por Rodrigo Lisboa, con quien trabajó en su primera producción, el corto "Edgar". Este segundo largometraje debería estar listo el próximo año.