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Ese tipo soy yo

Tres canciones competentes y una de antología vienen en el primer disco en español que el astro brasileño graba en el nuevo siglo.

17 de Agosto de 2014 | 16:56 |
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Llega presentado como el primer disco en español que Roberto Carlos graba en lo que va corrido del siglo, un ejercicio que no practicaba desde su colección Canciones que amo (1997) hace dieciséis años. Y es un regreso escueto en un par de sentidos. Ese tipo soy yo (2014) es un EP de cuatro canciones, y es además la traducción exacta de Esse cara sou eu (2012), EP original en portugués que entre otras cosas permitió al cantante ganar un nuevo Grammy Latino. Pero no hace falta más para que funcione como reencuentro.

Tres canciones competentes y una de antología vienen en Ese tipo soy yo. La primera da el título al disco y es el tipo de balada melódica que se toma un par de pasadas en volverse familiar, a pesar de lo común de los acordes del coro, o en realidad gracias a eso. El pulso se acelera un poco en "Loco por ella", donde, más que esos sonidos "étnicos" de sitar o tabla que se escuchan en medio, lo bueno es la melodía que entona el cantante y que es lo más pop del disco. El binomio entre Roberto Carlos y Erasmo Carlos, o sea la firma de lo mejor del catálogo histórico del astro brasileño, reaparece aquí precisamente en "Loco por ella" y en la canción final, "Tu regreso", otra de las buenas combinaciones entre melodía y armonía del disco.

Sin novedad en las letras, este hombre ha explotado durante toda la vida las canciones de amor y acá no hay excepción. Basta un ejemplo de esa última canción para saber de qué se trata todo el repertorio: "Y con todos los besos que te voy…", canta Roberto Carlos, y cualquiera adivina que lo que sigue es "a dar". Estas adaptaciones están hechas por Roberto Livi, productor argentino que está mucho mejor limitado a esa tarea, teniendo en cuenta que es él el autor de esos hits anodinos del estilo de "Si el amor se va" o "Tengo que olvidar" que en los años '80 casi rebajaron a Roberto Carlos al nivel de un Julio Iglesias. En cambio el punto alto aquí es "La mujer que amo", una balada emotiva y marcada por la nobleza de un piano, que desde ya es es capaz de figurar sin desteñir al lado de canciones inmensas como "Detalles", "La distancia", "Qué será de ti", "Propuesta", "Amada amante" o "El gato que está triste y azul" en cualquier antología de Roberto Carlos.

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