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Ian Gillan, líder de Deep Purple: "No fumé mi primer pito hasta los 38 años"

La legendaria banda británica regresa a Chile en el marco del Festival Legalize, un evento que promueve la despenalización de la cannabis. Sin embargo, el músico se declara poco afín a la causa: "Crecí en una cultura bebedora", se justifica.

18 de Octubre de 2014 | 08:36 | Por Catalina Alarcón Parr, Emol
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''Jamás hemos sido la moda'', asegura Ian Gillan sobre Deep Purple.

El Mercurio
SANTIAGO.- "Crecí en una cultura bebedora. Solíamos tocar en pubs, así que crecí con whisky, cerveza y cigarros. No fumé mi primer pito hasta los 38 años", cuenta el vocalista de Deep Purple, Ian Gillan, a poco más de un mes de su séptima visita a Chile.

El relato sobre las sustancias ingeridas en su juventud no es gratuito, sino que sirve de contexto para explicar por qué no tiene mayor feeling con la mencionada hierba, y por qué no se ha interiorizado respecto del debate en torno a su legalización. Nada que llame la atención, excepto por un punto: Deep Purple será el plato fuerte del próximo Festival Legalize, evento que tiene por objetivo defender el uso legal de la cannabis.

"Cuando probé la marihuana, pensé que el mundo era realmente miserable y un poco agresivo. Ni me molesto en pensarlo. Creo en la libertad y que la gente haga lo que quiera. Tengo una regla en la vida, que es la que importa: Sólo no agredas a los demás", dice desde Portugal, para explicar por qué no levanta la bandera de la legalización, pese a promover la libertad de cada consumidor.

Durante el evento, que se realizará el próximo 23 de noviembre en la Pista Atlética del Estadio Nacional, los legendarios rockeros compartirán escenario con artistas de diferentes géneros. Una mezcla que, en el papel, suena al menos exótica, y que incluye a Jorge González, Quique Neira, los españoles Ska-P, el dúo de hip hop Black Star, y el reggae de Julian Marley y The Wailers.

Cuesta ver a Deep Purple en esa lista, pero Gillan cree otra cosa. "¿Por qué no vamos a encajar? No escucho la misma música todos los días. Me gusta escuchar música gitana, guitarra flamenca. En las mañanas escucho Paco de Lucía, blues, reggae. No crecí con el hip hop, no es de mi generación, pero es música. La música es algo que te identifica, pasa de un fan al alma de otro. La música traspasa fronteras, tal como debe ser", explica.

Y para reafirmar su lugar en un cartel del tipo, saca a relucir el alcance transgeneracional de su banda: "Lo que sucede con Deep Purple, es que nunca hemos tenido alguna ambición. Definitivamente, en un 100 por ciento, jamás hemos sido la moda. Hicimos una buena jugada con eso, porque ser la moda hoy, por definición, significa que mañana serás parte del pasado".

Como ejemplo, mira al presente, y a buena parte de los grupos que hoy suenan. "La mayoría de la moda musical está creada artificialmente, tanto la música como las imágenes. Ahora todos usan sus ojos y no los oídos para escuchar música. Los jóvenes sólo miran cómo lucen las bandas", critica.

La pesadilla y la "maldita lista"

Emocionado y entre risas, Gillan no esconde sus ganas de volver a presentarse en Chile. Con el país, tiene un lazo afectivo que no sólo pasa por los fans, sino además por la imborrable experiencia que vivió en su primer concierto en Santiago, en el estadio Santa Laura en 1997. En esa ocasión, la euforia llegó a ser extrema en los fans, quienes se mostraron dispuestos a todo por poder verlos. Literalmente a todo. Fue así como un grupo comenzó a escalar una de las torres de iluminación que estaban en el recinto, lo que provocó su desplome, dejando más de 40 heridos.

"Desafortunadamente sucedió ese accidente. Recuerdo estar en el escenario, mirando, y escuchando a alguien decir que había problemas, y cuando me di cuenta, dije '¡oh no!'. Vi cómo iban acercándose a la torre, no había seguridad y empezaron a escalarla. Fue cuando vi cómo cayó", recuerda el músico.

"Me acuerdo muy bien. Al ver algo como eso, uno se siente indefenso. Fue terrible, es como una de esas pesadillas que siempre vuelven y no puedes hacer nada más que aprender a vivir con ellas. Menos mal que nadie murió", cuenta.

Una historia con origen en Chile y que se suma a las tantas que tiene una agrupación cuya calidad de leyenda, a estas alturas no está en discusión. Por ello, desde hace años que también suenan como una de las bandas para ingresar al Salón de la Fama del Rock and Roll. Sin embargo, en ninguna ocasión han sido elegidos para ser parte de la prestigiosa lista, algo que a Gillan y al resto del grupo, no les quita el sueño.

"No pienso mucho en eso", asegura. "Es una cosa estadounidense. Tienen el Salón de la Fama del Rock and Roll, ¿de dónde salió eso? Sólo en Estados Unidos", señala.

"No quiero ser parte de una institución, que además son mal educados. No nos preguntaron antes de hacerlo público (su postulación), ¿por qué mejor no se quedan callados? No pedimos ingresar a la maldita lista y tampoco nos preguntaron si queríamos estar", remata.
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