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Santiago: Sábado 13 de diciembre del 2025 | Actualizado 20:23
SANTIAGO.- Luego de un receso, cerca de las 14.00 horas se reanudó el juicio oral contra María del Pilar Pérez y su presunto sicario, José Ruz, por los tres crímenes cometidos en Providencia hace dos años y que causaron conmoción en el país.
La primera testigo presentada por los fiscales Carlos Gajardo y Rodrigo Lazo fue Belén Molina Pérez, la novia del fallecido economista Diego Schmidt-Hebbel, quien a esta hora se encuentra dando su testimonio ante la justicia.
Previamente, el abogado defensor de María del Pilar Pérez, Mario Palma, fustigó a la Fiscalía porque a su juicio los persecutores y los policías a cargo de las indagaciones no siguieron otras líneas de investigación, sobre todo en el doble homicidio de Francisco Zamorano y Héctor Arévalo.
De acuerdo al defensor penal público, en ese caso existe una arista que no se indagó y que está relacionada con el dato de un hombre al que llamó "El milico loco", quien se habría vinculado con Arévalo, por lo que detrás de su muerte podrían existir motivos pasionales.
"Cuando no se agitan esas líneas y quedan dudas, éstas deben hacerse presentes en el tribunal. Y si las dudas son tan fuertes, ninguna persona puede ser condenada si existe tal elemento", dijo profesional.
Asimismo, Palma descartó que un video que anunció la Fiscalía -que mostraría el vehículo de José Ruz llegando a la casa de Zamorano y Arévalo el mismo día del doble crimen- entregue datos concretos acerca de la participación del presunto sicario en el hecho.
El defensor aseguró que vio la cinta y que si bien aparece un automóvil, no se distingue el modelo ni marca, "y menos si la persona que se baja del móvil es hombre o mujer".
Pilar Pérez estuvo impávida durante la audiencia
Desde que llegó al Centro de Justicia, cerca de las 9.00 de esta mañana, María del Pilar Pérez tuvo una expresión impávida, prácticamente inmóvil, con sus manos cruzadas, aunque mirando siempre de frente hacia el tribunal.
En cambio, el presunto sicario, José Ruz, se mostró más intranquilo, cabizbajo y tomándose a ratos la cabeza.
La mujer acudió al tribunal usando jeans, un chaleco blanco y una chaqueta azul; mientras que Ruz usó una camisa rosada, un chaleco gris y un pantalón de tela.
Ambos llegaron esposados a la audiencia, pero luego, a petición de la defensa, el tribunal permitió que a los imputados se les quitaran las ataduras.
