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Problemas sentimentales y depresión, las principales causas por las que menores se quitan la vida

Se trata de un estudio de la PDI realizado entre 2006 y 2011 en todo Chile. En la Región Metropolitana es donde más se registran estas situaciones, seguida de la Región del Biobío.

27 de Mayo de 2012 | 12:43 | Por Francisco Águila V.,Emol
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El Mercurio (imagen de archivo)

SANTIAGO.- Los problemas sentimentales y las depresiones son las principales razones por las cuales los adolescentes, de entre 14 y 17 años, se quitan la vida en Chile.


Así lo estableció un estudio realizado por la Jefatura Nacional de Homicidios (Jenahom) de la PDI, realizado en base a los casos investigados por detectives especializados entre los años 2006 y 2011.


De acuerdo al análisis al que tuvo acceso Emol, en ese período de tiempo se produjo un total de 276 episodios, de los cuales 47 fueron por problemas sentimentales derivados de rupturas amorosas.


Le siguen 46 casos en que los afectados sufrían depresión, enfermedad que había sido diagnosticada y tratada por un médico, mientras que en otras 43 ocasiones los jóvenes se encontraban pasando por un "episodio depresivo", que no son determinados por un profesional y la mayoría de las veces pueden tener una duración de hasta seis meses.


También aparecen como causas, los problemas familiares, enfermedades mentales, consumo de drogas, dificultades en los estudios, eludir la acción de la Justicia y en menor rango problemas de índole sexual, económicos y alcoholismo.


El jefe de la Jenahom, Prefecto Luis Sandoval, señala que también se registran episodios en que los menores ven el suicidio como un acto heroico y tienen como antecedente el suicidio de familiares, amigos o compañeros que han tomado esta drástica decisión.


"El suicidio adolescente es transversal, puede cambiar la forma en que se realiza, pero ocurre en todos los estratos sociales. Es un tema muy delicado, por eso hay que tratarlo con altura de miras. Tenemos que enviar un mensaje a las personas cercanas al eventual suicida de que pueden ser capaces de reconocer situaciones anormales y evitarlas", explica Sandoval.


La RM encabeza las negativas cifras


Respecto del rango etáreo, la mayor cantidad de casos se presenta en adolescentes de 17 años, con 79 investigaciones, seguido por los de 16 y 15 años con 74 y 55 casos, respectivamente.


Otro antecedente que entrega el informe es que en la Región Metropolitana es donde más se registran estas situaciones, con 72 casos, seguida de la Región del Biobío con 50, Valparaíso con 35 y la Araucanía con 25.

La subcomisario Carol Muena, quien además es socióloga, sostiene que la adolescencia es una etapa conflictiva y de cambios, y que tanto la experiencia de vida del joven, así como el ambiente en el que se desenvuelve, son factores determinantes.


De acuerdo a la profesional, las personas que están planificando un suicidio siempre envían señales previas, como por ejemplo los adultos que se encargan de cerrar cuentas bancarias, dejar testamentos y hablar con familiares en forma de despedida.


"En el caso de los menores de edad, estos pierden voluntariamente el contacto social con sus padres. También presentan episodios de rebeldía, se ponen contestatarios y exteriorizan de forma desprendida su actitud", sostiene Muena.


Casos a la baja


Los comisarios destacan eso sí que las cifras entre los años 2006 y 2011 muestran que el número de suicidios en menores de edad ha ido disminuyendo.


En ese lapso de tiempo, fue el año 2007 en el que más casos se registraron, con un total de 60 suicidios de menores de 17 años.


Mientras que el año 2010 fue en el que hubo una menor cantidad de casos con 33 episodios, donde la mayor cantidad se registró en la Región del Biobío.

Otros indicadores de casos infantiles


De acuerdo a las investigaciones hechas por los efectivos de la Jefatura Nacional de Homicidios de la PDI, existe una serie de indicadores que pueden alertar cuando un menor de edad pretende atentar contra su vida.

Entre ellos están el fracaso escolar, cortes o golpes en el cuerpo, rupturas afectivas, regalar objetos preciados y escribir cartas con contenidos de despedida.

Aunque cueste creerlo, según los especialistas, en los niños también se pueden dar este tipo de situaciones desde el momento en que toman conciencia de la muerte.

En ese caso los factores de riesgo son la tristeza, el aislamiento, insomnio o terrores nocturnos y cuando se ven expuestos a situaciones de violencia familiar o abuso sexual.

Cuando eso ocurre, los niños comienzan a tener una actitud desafiante y negación del peligro, por lo que pueden sufrir accidentes domésticos reiterados.

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