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Imputado en caso Apoquindo dice que presunta víctima sufría violencia intrafamiliar

Esteban Moya declaró ante el tribunal en el juicio en su contra por abusos y violaciones a menores. "Verán nuestra inocencia en cada documento", dijo.

16 de Agosto de 2013 | 14:56 | Por Andrea González Schmessame, Emol
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El juicio oral comenzó el lunes y se espera que se extienda por al menos tres meses.

Álex Valdés, El Mercurio

SANTIAGO.- "Estamos acá dando nuestra versión porque somos inocentes", dijo este viernes ante el 3 Tribunal Oral en lo Penal el auxiliar Esteban Moya, quien es acusado junto a su esposa Margarita Villegas, por su presunta autoría en los abusos sexuales y violaciones cometidos en contra de un grupo de alumnos del Colegio Apoquindo entre marzo de 2011 y junio de 2012.


"Hay muchas cosas que investigar, cosas que se pasaron por alto y diligencias que quedaron pendientes", agregó el acusado durante su declaración en el marco del juicio oral que comenzó el lunes y se espera que se extienda por al menos tres meses.


En la instancia, Moya se refirió al episodio de violencia que observó casi un mes antes de su detención cuando el padre de una de las presuntas víctimas golpeó al menor al interior del establecimiento, hecho que también fue presenciado por Villegas.


Para el acusado, dicho antecedente es importante para evidenciar el nivel de violencia a la cual estaba sometido el alumno, enfatizando que incluso la madre del pequeño le reafirmó su apreciación tres semanas antes de que estallara el caso, durante una conversación entre ambos.


"Me comentó que el papá era violento y que no era primera vez que le pegaba", continuó, detallando que el encuentro con la apoderada se produjo cuando ésta llegó hasta el colegio para entrevistarse con la profesora de su hijo, quien le había recomendado que el pequeño asistiera a sesiones psicológicas.


"Pero el papá se había negado, me dijo, porque él era el psicólogo en la casa", agregó.


Sobre el momento en que por primera vez personal de la PDI llegó hasta el establecimiento tras la denuncia, Moya afirmó que la policía buscaba "un sótano" y una "piscina de dulces", además de imágenes de niños que supuestamente estaban pegadas en las paredes de su casa, ubicada al interior del colegio.


"Accedimos a todas las preguntas (con Margarita) y luego los fui a dejar hasta la puerta. Allí se me abalanzaron todos los apoderados", relató, afirmando que incluso uno de ellos lo amenazó de muerte, hecho que denunció a la comisaría de Lo Barnechea.


En su testimonio, Moya no descartó que en el caso de haber ocurrido abusos sexuales y violaciones al interior del recinto, éstos hubiesen sido realizados por un profesor de música, que actualmente no se desempeña en el establecimiento en cuestión.


Asimismo, insistió que nunca tuvo contacto con menores durante su desempeño como auxiliar ya que a la hora se clases se encontraba realizando trámites administrativos fuera del recinto.

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