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Cura Joannon y adopciones irregulares: "Estoy metido en una trampa"

El sacerdote de los Sagrados Corazones aseguró que nunca buscó un rol en la entrega de recién nacidos de manera anómala, enfatizando que siempre "sin excepción, recomendé la vida".

07 de Junio de 2014 | 11:14 | Emol
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El Mercurio

SANTIAGO.-  A casi dos meses de conocerse las presuntas adopciones irregulares ocurridas en los años 70 y 80, el sacerdote de los Sagrados Corazones, Gerardo Joannon -sindicado como uno de los principales involucrados- aseguró no tener ninguna responsabilidad en los hechos y enfatizó que está "metido en una trampa".


"Todos pueden atacarme gratuitamente e inventar cosas, pero yo, como sacerdote, no puedo hacer eso y, por el contrario, debo callar, cuidar sagradamente historias familiares, aunque eso atente contra mi persona", dice en una entrevista a la Revista Sábado .


"No voy a hablar mal de nadie ni menos juzgar", se defiende el religioso, actualmente suspendido durante el proceso de investigación canónica que lleva adelante el padre salesiano David Albornoz.


"Nunca busqué esto. Las familias me contactaron y mi rol fue acoger. Siempre, sin excepción, recomendé la vida. No solo porque soy sacerdote, sino que también en mi vida confesé a mucha gente que me mostró cómo su opción por el aborto la destruyó. Y cuando debido a la decisión familiar fue necesario contactarlos con un doctor para salvar una vida, lo hice. Y hasta allí llegué yo. Nunca supe si nacieron o no, ni su sexo ni menos quienes las adoptaban", continúa.


Y agrega: "Todos actuamos buscando el bien, protegiendo la vida, pero hubo gente que salió dañada. Por eso he decidido contar mi verdad y pedir humildemente perdón si provoqué dolor".


Sobre su opción de recomendar la entrega de los recién nacidos y evitar el aborto de las madres cuyos embarazos eran no deseados, Joannon explica que "me produjo mucho dolor constatar cómo era el dolor de las mujeres que habían abortado. Dolor que duraba 40 años".


"Llegaban, a veces, mujeres mayores, viejitas, que me decían que no podían dormir por el recuerdo de esa guagua. Y a mí eso me marcó mucho", cuenta.

Asimismo, defiende su actuar argumentando que "estamos hablando de otro Chile, de una realidad muy diferente a la de hoy, donde el aborto era más común de lo que se cree".

"Así como un par de familias confiaron en mí, yo confié en dos doctores. Siento una admiración muy grande por el doctor Monckeberg, una gratitud muy grande y encuentro que es un hombre que realmente pasó por el mundo haciendo mucho bien", menciona, en alusión a uno de los principales facultativos que habría aceptado participar de adopciones irregulares que hoy también indaga la Fiscalía Centro Norte.

Por último, el sacerdote -que ya declaró ante el Ministerio Público en el marco de la investigación desformalizada a cargo de la fiscal Erika Vargas- vuelve a pedir "perdón sincero", afirmando que "uno tiene que hacer lo que tiene que hacer y nada más que eso".


"Y que las personas maduren y vayan tomando sus decisiones. Y como yo no tomé ninguna decisión en materia de adopción ni tuve la posibilidad de conocer a las personas que conocían a las guaguas, en ese sentido puedo estar tranquilo y asumo el calvario que estoy viviendo hoy por algo que no busqué", remata.

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