SANTIAGO.- El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, llamó hoy a los chilenos a "construir una sociedad de confianza donde seamos capaces de lograr acuerdos", en su homilía con motivo del Te Deum Ecuménico de Fiestas Patrias que esta mañana se celebró en la Catedral Metropolitana.
A la ceremonia asistieron las principales autoridades del país encabezadas por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, y los representantes de diferentes credos religiosos.
En su intervención, monseñor Ezzati se refirió a las difíciles condiciones de convivencia que en la actualidad se viven en diferentes partes del mundo, a las que -dijo- Chile no está ajeno con situaciones como el narcotráfico, violencia expresada a través de bombas, tiroteos, asaltos y robos, entre otros.
Asimismo, el cardenal se refirió a situaciones de injusticia y discriminación que actualmente se viven en el país. "Es intolerable que en un mismo suelo haya ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera categoría (…) Eso no es de Dios", enfatizó. También enumeró las dificultades de muchos chilenos para acceder a una salud digna; la discriminación que sufren mujeres y niños indígenas; y los jóvenes que no estudian ni trabajan, o que no se pueda lograr "una educación de calidad para niños y jóvenes de nuestra patria".
"Por esta razón, esta nueva página de la historia de Chile demanda una forma de convivencia más acogedora, inclusiva, que destierre la desconfianza y el miedo", señaló Ezzati. Para lograrlo -agregó el cardenal- es necesario mejorar la convivencia social, donde los distintos puntos de vista sean vistos "como aportes al debate, y no posiciones cerradas y beligerantes (…) Debemos hacer silencio para escuchar al otro, cuidar el lenguaje, aprender a conversar y debatir, venciendo la idea obsoleta de considerarnos enemigos".
El arzobispo de Santiago sostuvo que se debe convocar a un gran propósito nacional basado en el diálogo y que permita a los chilenos unirse en torno a los principales desafíos, entre ellos cuidar la dignidad de la persona humana; lograr la justicia social, la equidad, la igualdad de oportunidades, el acceso de todos los chilenos a los bienes esenciales como salud, educación, vivienda y trabajo decente; respetar las creencias, los valores, los pueblos originarios, etc.
"Es urgente marcar un camino que permita avanzar a la paz social, especialmente en La Araucanía, cuyo conflicto ya se extiende por varios años (…) Volver a construir una sociedad de confianza donde seamos capaces de lograr acuerdos, con instituciones más transparentes y eficientes, mejor conectadas con los ciudadanos; apoyar a sindicatos, juntas de vecinos; fortalecer la sociedad civil y dar paso a nuevas generaciones de políticos", dijo el cardenal.
"Me asiste la convicción de que estos propósitos tan sustantivos son compartidos por muchos chilenos, sobre todos los que tienen cargos de autoridad y de servicios, los medios de comunicación social (…) En lo personal y seguro de representar a mis hermanos de la diversas iglesias, ofrezco mi compromiso y colaboración para llevar a Chile a un buen puerto en aguas tan movidas de la historia", concluyó el arzobispo.
