El gendarme fue formalizado por este hecho.
Héctor Yáñez, El MercurioSANTIAGO.- A las 19:30 horas de ayer domingo y tras casi dos años de luchar con las secuelas que le dejó un balazo en la cabeza percutado por un funcionario de Gendarmería, falleció el joven Angelo Estrada Argomedo (23), en su casa de Peñaflor.
El estudiante de educación física, que se encontraba en estado vegetal, había recibido un tiro el 9 de octubre de 2012, mientras observaba los desórdenes registrados tras una protesta estudiantil, desde la ventana de su departamento del cuarto piso de un edificio ubicado en Catedral con San Martín, en el centro de Santiago.
Ese día y en medio de los desmanes, un furgón de Gendarmería que pasó por el sector fue interceptado por un grupo de encapuchados, quienes comenzaron a patear y a empujar el vehículo.
A raíz de lo anterior, el cabo de esa institución Jorge Retamal sacó su arma de servicio y disparó al aire. El tiro dio de lleno en la cabeza de la joven víctima, quien cayó mal herido y fue trasladado hasta la ex Posta Central, donde se mantuvo por meses.
Luego, fue derivado hasta la vivienda de sus padres, en la ciudad de Peñaflor, donde finalmente falleció en la tarde de ayer.
Según se informó desde la fiscalía metropolitana Centro-Norte, judicialmente el caso ya se encuentra sobreseído, tras un acuerdo reparatorio entre la familia de la víctima y el gendarme, quien debió pagar 51 millones 793 mil pesos, lo que ya fue cancelado en su totalidad.