Mañalich: La mayoría de los abortos en Chile son farmacológicos y se practican en el baño

SANTIAGO.- Como una "metida de pata" calificó el ex ministro Jaime Mañalich las declaraciones de la renunciada titular de Salud, Helia Molina, quien aseguró que en las "clínicas cuicas, familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas".

En diálogo con radio "Cooperativa", el ex secretario de Estado sostuvo que su par médico "hace una denuncia como quien ha escuchado en tecitos de señora de que se hacen abortos en determinadas instituciones y no tiene la capacidad de denunciar ante la justicia".

"Es una ministra de Estado haciendo una denuncia de un crimen (...) Evidentemente la ministra se sale del marco dispuesto por La Moneda, hace una declaración muy explosiva, pone el tema en el tapete de manera inadecuada, es mala la forma de empezar un debnate legislativo", dijo.

Mañalich recalcó además que la mayoría de las interrupciones del embarazo son mediante el uso de medicamentos y se practican en el hogar.

"La mujer compra clandestinamente medicamentos por internet, los recibe, aborta en el baño de su casa y no consulta en ninguna parte. De hecho, la mortalidad por aborto en Chile prácticamente ha desaparecido y la hospitalización por complicaciones es casi inexistente en el servicio público y privado", afirmó.

En ese sentido, Mañalich subrayó que en la actualidad existe, "para todas las clases sociales, un amplio acceso a medicamentos que producen un aborto espontáneo en el embarazo", rebatiendo así que este tipo de situaciones se registra mayormente en grupos adinerados. 

A su juicio, "en Chile hay un esfuerzo por inflar las cifras de aborto, se señalan más de 100 mil, lo que es completamente falso desde el punto de vista de las complicaciones, hospitalizaciones, de las encuestas".

"Deberíamos decir con base que, evidentemente existen abortos y que son del orden de 14 mil y a diferencia de lo que ocurría en el pasado, una minoría fueron abortos quirúrgicos, instrumentales, donde se dilata el útero, se mete un instrumento y se destruye al feto", añadió.

Ello, según Mañalich, responde a que en Chile "aún decir que un médico es abortero es una maldición profesional para toda la vida, no imagino que un médico de prestigio se arriesgue a ese adjetivo, porque eso significa la muerte profesional".