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Encuentran nuevo vínculo entre bacterias y cáncer de estómago

Un equipo de científicos de la universidad japonesa de Hokkaido ha confirmado que la bacteria "Helicobacter pylori", que infecta al 50% de la población mundial, puede utilizar una proteína conocida como Cag A que convierte en cancerígenas las células estomacales.

13 de Diciembre de 2001 | 17:38 | EFE
WASHINGTON.- Una bacteria que infecta al 50 por ciento de la población mundial puede convertir a las células estomacales en cancerígenas mediante la acción de una proteína, según una nueva investigación que descubre el papel de este agente.

La relación entre la bacteria "Helicobacter pylori" y las dolencias estomacales se conocía desde 1982 y se sospechaba que este microorganismo jugaba un papel fundamental en el cáncer de estómago.

Pero los debates acerca de la conveniencia de erradicar la bacteria mediante antibióticos o incluso su incidencia real sobre las gastritis, úlceras y cánceres han ocupado cientos de estudios en los últimos años.

Un equipo de científicos de la universidad japonesa de Hokkaido ha confirmado ahora que la bacteria puede utilizar una proteína, conocida como Cag A, que convierte en cancerígenas las células estomacales.

Según han explicado en una investigación que publica en su número de mañana viernes la revista Science, la proteína es la responsable de que las células humanas se comporten de modo cancerígeno, induciendo un factor de crecimiento similar al tumoral.

El equipo de investigadores, dirigidos por Hideaki Higashi, ha detallado en su trabajo los pasos que da la bacteria para convertir las células en cancerígenas.

Según han descubierto, la bacteria forma un complejo entre su propia proteína Cag A y la proteína SHP-2 del huésped humano, lo que altera las funciones celulares y la maquinaria de señales que cada célula pone en funcionamiento.

La Organización Mundial de la Salud ya catalogó en 1994 a la bacteria como uno de los "Carcinógenos de Primera Clase".

El cáncer del aparato gástrico es el segundo más frecuente entre todos los tipos de tumores malignos y el que más muertes produce en todo el mundo, según datos de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer.

Los últimos estudios que se han publicado sugieren que la bacteria Helicobacter pylori tiene una clara responsabilidad en este proceso.

En setiembre de este año, otro equipo de científicos japoneses, dirigido por Naomi Uemura, del Hospital Kure Kyosai, ya confirmaron que el cáncer gástrico se desarrollaba en personas infectadas con H. pylori y no en personas que no hubieran estado en contacto con la bacteria.

James Fox, un especialista en dolencias gástricas del Instituto de Tecnología de Masachusetts, MIT, señalaba al respecto en un editorial publicado en la revista JAMA que, pese a todas las dudas, se confirmaba finalmente que el Helicobacter pylori no era en absoluto un organismo beneficioso.

Las bacterias, algunas de las cuales pueden provocar rápidamente la muerte de una persona, como es el caso de las responsables del "ántrax" (carbunco), pueden ser también beneficiosas para el ser humano y, de hecho, el organismo realiza muchas de sus funciones gracias a estos microorganismos.

El hecho de que no todos los cánceres de estómago puedan explicarse por la presencia de la bacteria había esparcido algunas dudas sobre su malignidad. Muchas personas, además, desarrollan toda su vida en contacto con la bacteria, que se aloja en la mucosa estomacal, sin sufrir daños aparentes.

Sin embargo, los estudios de Uemura y el que ahora se publica de Higashi en la revista Science despejan muchas de las dudas sobre su carácter nocivo.

Según James Fox, la bacteria puede coexistir de modo normal en el estómago o comenzar provocando una gastritis superficial.

Dependiendo de como interactúe con otros factores "mutágenos", que estimulan o provocan mutaciones, la bacteria puede llegar a producir gastritis atrófica, metaplasia, displasia o, en un estadio final, carcinomas.

Higashi y su equipo han puesto el acento en la proteína Cag A como factor determinante en el proceso de transformación de las células sanas en cancerígenas y consideran que sus hallazgos pueden ayudar a encontrar nuevas terapias contra el cáncer de estómago.
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