BERLÍN.- Para las selecciones africanas, el primer partido del Mundial de fútbol de Alemania fue una decepción. Salvo Túnez, que sacó un punto ante Arabia Saudí, ninguno de los cuatro equipos africanos debutantes logró un resultado favorable.
"Juegan bien, pero simplemente no encuentran el arco", dijo Franz Beckenbauer, tras las "lamentables" derrotas de Costa de Marfil, Togo, Ghana y Angola.
Esta situación nos remonta a las palabras de Pelé dichas hace un tiempo atrás, de que un país africano ganaría un Mundial antes de fin de siglo. La ex estrella brasileña se refería al siglo XX.
Pero llegó el nuevo siglo, pasó el primer Mundial y África aún sigue esperando. Y, a juzgar por el funcionamiento de sus equipos en el Mundial de Alemania, Pelé tendrá que esperar un rato más antes de que su predicción se realice.
Cuando el astro brasileño hizo su declaración, tenía motivos para ser optimista. En Italia 1990, Camerún avanzó a los cuartos de final y cuatro años después, Nigeria impresionó en Estados Unidos al encabezar su grupo, que incluía también a Argentina y Bulgaria.
Las "Super Águilas" fueron muy desafortunadas al caer ante Italia en octavos de final. Luego, en Francia 1998 avanzaron nuevamente a las ronda eliminatoria.
En Corea y Japón 2002, fue Senegal la selección que llegó a los cuartos de final, tras vencer en su ruta al defensor del título, Francia.
En cuatro años, el continente africano albergará el próximo Mundial de fútbol. Y para Sudáfrica 2010 el rendimiento de los equipos africanos al menos, hasta ahora, no impresiona: Ghana perdió por 2-0 ante Italia, Togo 2-1 con Corea del Sur, Costa de Marfil cayó ante Argentina por 2-1 y Angola por 1-0 frente a Portugal.
Sólo un gol a último momento de Rahdi Jaidi y un 2-2 salvó a los tunecinos de una debacle total.
Entretanto, más que el funcionamiento dentro del campo de juego, preocupa el "teatro" fuera de las canchas, como en el caso de Togo. El conflicto alrededor del entrenador alemán Otto Pfister y la interferencia de la Federación de Fútbol de Togo, presidida por un hermano del presidente del país, ocuparon más espacio en los medios que cualquier rendimiento deportivo.
Es más, aún hoy, nadie está seguro de que Pfister ocupe el banco cuando Togo enfrente a Suiza el lunes por el Grupo G.
Al menos entre otros equipos africanos, la política ha interferido poco. De hecho, el fútbol genera una especie de bálsamo entre la población, a menudo extremadamente pobre y devastada por los conflictos internos.
Para el jugador marfileño Guy Demel, "el Mundial llega en el momento justo. Por ahora está bastante pacífico en nuestro país", dijo el defensor del Hamburgo, quien junto a sus compañeros pretende llevar un poco de alegría y tranquilidad a su gente.
"Somos sólo futbolistas, pero podemos hacer nuestra contribución a la paz", agregó.
En tanto, el capitán de Costa de Marfil, Didier Drogba, aún está triste por la derrota de 2-1 ante Argentina. "Perdimos una gran oportunidad de ganar". Por su parte, el técnico del equipo Henri Michel agregó: "Pagaron un precio alto por la falta de experiencia".
"Algunos jugadores dejaron su corazón en la cancha", dijo Sammy Kuffour, de Ghana, aún consternado por su error en el pase que llevó al segundo gol italiano. "Fue malo para mí, mi familia y mi país", dijo el ex jugador del Bayern Múnich. "Pero ganaremos el próximo encuentro", dijo confiado de cara a su segundo encuentro mundialista ante la República Checa.
Por su parte, el técnico de Angola admitió que son "el equipo más débil del Mundial. Pero ante Portugal jugamos verdaderamente muy bien", agregó. Sus pensamientos para el siguiente encuentro contra México se aplican también para los demás países africanos: "Simplemente debemos ganar el próximo partido".