BERLÍN.- El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, admitió hoy que los árbitros han estado bajo una presión muy fuerte en los 56 partidos disputados hasta el momento en el Mundial de Alemania, pero prometió que, a partir de ahora, su conducta será ejemplar.
Blatter dijo estar convencido de que los árbitros volverán "a ser de primera clase, como se demostró al comienzo del torneo".
Los árbitros no estuvieron a la altura de las presiones psicológicas y "estuvieron sometidos a una gran presión desde fuera y desde dentro", comentó el dirigente de la FIFA.
Agregó que, posiblemente, contribuyó a esta situación que los 21 árbitros y sus asistentes en el Mundial no dispusieran de suficiente espacio en su cuartel general de Neu-Iseburg, en la ciudad financiera occidental de Frankfurt del Meno.
"Quizás estuvieron demasiado enclaustrados", comentó Blatter, al hablar de las condiciones de alojamiento y trabajo.
Por su parte, Wolf-Dieter Ahlenfelder, ex colegiado de la Bundesliga alemana, atribuyó al presidente de la FIFA los repetidos fallos que han cometido sus colegas durante esta copa por haber dado la orden, supuestamente, de "mostrar la tarjeta amarilla por cada movimiento de una ceja".
Opinó que estas instrucciones han trastornado completamente a los árbitros y los ha presionado y que la culpa la tiene, ante todo, Blatter, concluyó Ahlenfelder.