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Alemanes le piden a Klinsmann que siga al frente de la selección

Hasta la jefa del gobierno, Angela Merkel, salió a la defensa del técnico.

08 de Julio de 2006 | 19:20 | DPA

BERLÍN.- El entrenador de la selección alemana, Juergen Klinsmann, está contra la pared: todo el país le pide que siga al frente del equipo, y la presión se multiplicó tras conquistar hoy el tercer puesto del Mundial.

La prensa, los hinchas, la dirigencia política. Todos presionan a Klinsmann, a tal punto que la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, se interpuso como defensa.

"¿Le dijo Juergen Klinsmann si seguirá al frente del equipo?", le preguntaron en televisión a Merkel. "No, pero en su nombre pido que le den un poco de tiempo. Se lo merece", dijo la canciller.

Difícil, porque como el propio Klinsmann admitió tras el partido, "es una locura absoluta" lo que se vive en Alemania.

"El mundo ve ahora a Alemania bajo otro prisma. Y el público nos demostró hoy lo que es un buen patriotismo", dijo feliz el presidente alemán, Horst Koehler.

Klinsmann profundizó en el mismo sentido. "Lo que este equipo logró es indescriptible, vivimos estos últimos días con mucha intensidad, no encuentro ya palabras", dijo tras el 3-1 sobre Portugal que le permitió a los locales quedarse con el tercer puesto en "su" Mundial 2006.

"Salgamos de la depresión", cantan en el tema musical del Mundial los "Sportfreunde Stiller", y todo indica que los alemanes - inmersos desde hace años en una crisis económica, pero también psicológica- lo lograron durante el Mundial.

El "fetiche" de los alemanes es ahora Klinsmann, que tras el triunfo de hoy fue insistentemente interrogado acerca de si seguirá al frente del equipo.

"No sé, no puedo decirlo, no pude digerir aún todo lo vivido. Necesito un par de días, para mí personalmente fue también todo enorme", dijo el entrenador, al que se le preguntó también qué le dijo Franz Beckenbauer, presidente del comité organizador del Mundial.

"Sigue adelante con el trabajo, me dijo", confesó entre risas Klinsmann, fuertemente discutido hasta hace un mes y elevado ahora a la categoría de ídolo.

¿Es una despedida?, le insistieron. Klinsmann rió, resignado a que la pregunta se repitiatos más diversos, incluso desde "Bild", el diario de masas que hasta hace escasas semanas era su peor enemigo.

"No es una despedida. Uno es parte de un desarrollo, estoy poderosamente orgulloso de lo hecho. Los jugadores necesitan vacaciones, descargarse, bajar todo lo que pasó. Fue mucho lo que hicimos, hermoso, pero los jugadores necesitan vacaciones".

"Les digo hasta pronto", agregó. "Porque uno siempre vuelve a verse, trabaje o no con ellos. Pero lo que hicimos en los últimos dos años es una base, demuestra que se puede jugar con esa velocidad, esas combinaciones, y mostrando la alegría de jugar".

¿Se siente obligado? "Me siento por supuesto obligado, y la relación es fuerte". ¿Qué es lo que cuenta? "Cuenta el futuro del equipo alemán, lo que cuenta es cómo crear talentos alemanes, tenemos que darle a jugadores de 19, 20 ó 21 años la posibilidad de jugar, cada vez salen más".

Michael Ballack, el capitán del equipo, estaba a su lado, y fue "utilizado2 por el entrevistador para volver a presionar a Klinsmann.

"¿Va a haber una conversación con el entrenador?2, le preguntaron al mediocampista.

Ballack rió. "Vamos a tener conversaciones individuales con el entrenador, claro, para convencerlo de seguir".

El capitán alemán destacó el valor de lo logrado hoy: "Es muy importante, porque la última impresión cuenta. El equipo estaba hipermotivado, tal como lo estuvo para lograr el tercer puesto de la Copa Confederaciones".

Pero mientras tanto surgían desde todos los rincones de Alemania pedidos a Klinsmann para que no se vaya. Aunque uno fue especialmente sugestivo, el de su número dos, Joachim Loew: "Espero que este clima que se vive en el país lo anime a seguir. Sería muy deseable".