Guerra preventiva
En el diseño de la política exterior estadounidense y bajo la argumentación de que el país está en permanente amenaza, el concepto de "guerra preventiva" se ha transformado en uno de los sellos de la administración Bush. Irak es el mejor ejemplo de hasta donde está dispuesto a llegar Washington en caso de sentir, con razón o no, que está frente a un peligro real para sus intereses.
Sin duda que el mayor peligro sigue estando en el Medio Oriente, donde Irán ha sentido con fuerza el peso de las amenazas de Washington en caso de que no detenga su avanzado programa nuclear.
Hasta ahora ha operado la diplomacia y tanto Naciones Unidas como la Unión
Europea presionan al régimen de Teherán para que frene sus
aspiraciones atómicas, sin resultados positivos.
Algunos, como John Pike de Globalsecurity.org, creen que el problema se resolverá mediante la vía de la guerra preventiva: "El principal desafío en este punto son las ambiciones nucleares de Irán. Y yo pienso que es posible que Estados Unidos lanzará ataques aéreos contra instalaciones de ese país posiblemente en 2007".
Un conflicto de este tipo haría del Medio Oriente un polvorín peor que el que es hoy, con ramificaciones impensadas de grupos fundamentalistas como Hezbollá que creen, sin duda, en el "choque de civilizaciones" que adelantó Samuel Huntington, una confrontación de la que pocos quieren hablar en Washington, pero que cada día adquiere más cercanía con la realidad, alejando con fuerza la idea de que el mundo es hoy un lugar más seguro.