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"Machuca",
la historia en los ojos de un niño
Por
Alejandro Herrero S.
La
primera toma de esta historia era protagonizada por una pelota de fútbol.
La segunda fue inspirada por los versos populares de Roberto Parra.
La tercera tuvo como escenario una isla recóndita en Chiloé.
Ahora, para la cuarta, todo cambia y el relato realiza un largo viaje
en el tiempo, a septiembre de 1973.
En
esa época está ambientada la última película
de Andrés Wood, "Machuca". Un largometraje que escuchó
los aplausos del público en Cannes, España y se ha transformado
en el gran suceso nacional este año, gracias a su éxito
de público (más de 500.000 personas han visto el largometraje)
y sus triunfos en los festivales de cine de Valdivia y Viña del
Mar.
El
realizador de "Historias de Fútbol", "El Desquite"
y "La Fiebre del Loco", confiesa que su mayor preocupación
no es el público: a él lo que le interesa es que su trabajo
"no pase inadvertido, que genere una reacción en el público".
Amigos en tiempos de cólera
Los
protagonistas de Machuca son Gonzalo Infante (Matías
Quer) y Pedro Machuca (Ariel Mateluna), dos niños de clases sociales
distintas que ven cruzados sus caminos por el nuevo proyecto social
del colegio Saint Patrick.
¿Por
qué no la estrenaste el año pasado, con toda la efervescencia
que se vivió por los 30 años del 11 de septiembre de 1973?
La idea fue alejarse de eso. Yo creo que la película no tiene
ese espíritu, aunque es difícil no ir sin una posición
a esos años. Uno como director pone la cámara y está
tomando una posición, pero una de las cualidades de Machuca
es que nunca está excluyendo a nadie y no lo hace por ser políticamente
correcta, sino porque los niños no excluyen, no son prejuiciosos.
Yo
pensaba estrenar Machuca en mayo de este año, pero
se hubiera juntado con las películas de Sebastián (Araya,
Azul y Blanco) y León Errázuriz (Mala
leche), ir a meterse ahí hubiera sido demasiado.
¿Cuánto
de la infancia de Andrés Wood hay en Machuca?
Tiene mucho de mi infancia. Una particularidad de esta película,
es que lo pasé muy bien haciéndola: pude trabajar en Santiago,
al ritmo de los niños y no tuve ese estrés que te deja
como loco.
¿Cuáles
son las características que definen a Machuca?
La película tiene un montón de vida, humor y es un trabajo
muy completo a nivel visual, con un estilo determinado.
La
historia está llena de capas; entre más conoces, más
profundo puedes ir y ver los fondos. La primera son los niños
y la amistad, la segunda son las familias de ellos y el mundo nacional
y la tercera es el país.
¿Cuál
ha sido la reacción del público europeo frente a la película?
Es una película muy emotiva, me han llegado muchos mails comentándome
lo que les sucede al verla, es un fenómeno muy curioso que no
me había pasado.
Esa
época de la historia de Chile es muy mítica para un sector
de Europa. Se vivió muy de cerca el gobierno de la Unidad Popular
y todo lo que sucedió el 11 de septiembre de 1973 es una historia
que les interesa, pero también están aburridos y lo que
más me dijeron fue la sensación de una nueva visión,
más fresca.
¿Cuáles
son tus aspiraciones con Machuca?
Mi sueño es que la vaya tan bien como a Subterra.
Si la ven 150 mil personas es un éxito, pero menos de cien significa
que no funcionó.
¿Por
qué no soñar con un éxito como el de Sexo
con amor?
Siento que es difícil, porque, uno, Sexo con amor
tuvo una campaña publicitaria alucinante de dos años;
dos, era una película que dejaba contento a todo el mundo porque
era una película súper positiva y llena de gracia. Machuca
es una película que tiene mucho humor, pero también es
un drama.
¿Cuáles
son tus proyectos futuros?
Mi cabeza aún está centrada en Machuca, tengo
muchas ideas que me gustaría realizar pero aún no hay
ninguna que destaque más.
Pasión
amateur
Andrés
Wood está conciente de que el apoyo que ha logrado Machuca
no es común en el cine nacional, donde el camino para realizar
una película es largo y difícil. Sabe que los logros que
ha tenido como realizador no le garantizan más financiamiento
o la posibilidad de dedicarse 100% al cine, por eso aún no se
ha planteado la posibilidad de abandonar su actividad publicitaria.
¿Andrés
Wood vive de los comerciales y sueña con el cine?
No están tan separados. A mí me llaman para hacer comerciales
y generalmente también tienen que ver con contar historias. A
mí me entretiene. Además, sin la publicidad no tendría
la libertad que tengo ahora.
Alguna
vez dijiste que el cine chileno estaba en desarrollo y tenía
un futuro promisorio. ¿Sigues pensando igual?
Sí.
El cine chileno todavía está en desarrollo, es una industria
muy amateur, pero no por la calidad de los profesionales. Los técnicos
no son amateurs, porque ellos se ganan la vida en esto. Sin embargo,
los directores, los guionistas, los productores, no conozco ninguno
que se gane la vida haciendo esto.
A
eso me refiero cuando digo que es amateur, no digo que no seamos profesionales
al trabajar.
¿Por
eso afirmaste que se debe tener un grado de inconciencia para seguir
haciendo películas?
Cuando
haces una película asumes una gran responsabilidad y si uno empieza
a parar y pensar dónde estás metido, creo que te inmovilizas,
por eso es importante tener ese grado de inconsciencia y no estar evaluándote
cada segundo. El cine es un formato muy riesgoso.
¿El
éxito de Sexo con Amor dejó la vara muy alta?
Yo tengo una colaboración con Boris 100%, su éxito es
el mío también y lo digo en forma concreta. Que exista
Sexo con Amor y lleve un millón de espectadores,
le da otro perfil al cine chileno.
¿Te
sientes parte una nueva generación de realizadores?
Es que yo soy viejo ya, tengo 38 años; la nueva ola tiene que
venir para atrás. Cuando yo me interesé por el cine, no
habían escuelas en Chile y hoy salen no sé cuántos
estudiantes al año. Yo estoy esperando que los realizadores jóvenes
se atrevan.
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