Gas en Chile
Debido a que nuestro país no tiene, por el momento,
la capacidad de generar toda la energía eléctrica
que necesita para funcionar, a fines de los años
'90 se firmó un protocolo de acuerdo que establecía
que los productores argentinos se encargarían
de exportar hacia Chile la cantidad de combustible necesario
para producir la electricidad suficiente tanto para
los industriales como para los hogares.
Era agosto de 1997, y a 420 kilómetros de distancia
de la estación de compresión La Mora,
en la provincia de Mendoza -uno de los lugares desde
donde se envía a Chile el gas natural argentino-,
los presidentes Eduardo Frei y Carlos Menem dieron la
orden de apertura de la llave que permitió el
flujo del combustible.
De ahí en más, el gas natural se ha convertido
en la pieza clave de la matriz energética chilena,
representando más del 20% de ella, y del total
exportado el 100% proviene de Argentina.
Sin embargo, la historia se remonta a julio de 1995,
cuando los ministros de Relaciones Exteriores de ambos
países, José Miguel Insulza y Guido Di
Tella, respectivamente, suscribieron un nuevo protocolo
de integración gasífera entre Chile y
Argentina.
Éste contemplaba la total liberación de
la comercialización, exportación, importación
y transporte de gas natural entre ambos países,
el que, hasta ese momento, debía provenir sólo
de la cuenca neuquina y limitarse a sólo cinco
millones de metros cúbicos diarios. En la actualidad,
los envíos totales, en condiciones normales,
llegan a 20 millones de metros cúbicos.
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